AMOR.

Introducción

Las personas, buscan la forma de relacionarse con otras, o más bien la forma de querer a otro, y digo la forma porque muchas veces partiendo del conocer al otro, intentamos presentarnos de una forma ante el otro que sin duda no somos nosotros, esto pasa con una gran regularidad en el momento en que nos encontramos con nuestras personas de cuidado, en un estado de indefensión en el hospital, aunque sin miedo a equivocarme, puedo decir que es más bien la verdadera forma de nuestras personas, ya que ahí buscan recuperarse lo más rápido y poder regresar a casa.

En nuestra rutina diaria nos encontramos que en el transporte público, café, restaurante, escuela, trabajo o al cruzar la calle conocemos gente, que dependiendo del tiempo en que los tratamos es lo que los conocemos, es por ello que pensamos muchas veces que conocemos a alguien, pero la realidad es que pocas veces los conocemos ¿cierto?

Pero ¿qué determina el que al conocer a alguien pueda quererlo? Y querer en los diferentes rubros, familia, amigos, esposo, novio, etc. Simplemente el conocer a las personas y encontrar similitudes en ellas, para tener un camino coincidente.

Querer es uno de los valores, más nobles, pero que nos orilla siempre a preguntarnos:

¿Con quién puedo compartirlo?

¿Qué estoy dispuesto a hacer?

¿A quién puedo además Amar?

Estas son interrogantes diarias que nos ayudan a desarrollar el proceso de conocer, querer amar, del ensayo que se presenta a continuación.

Desarrollo

Conocer es, básicamente, poseer cosas. Quien conoce gana algo. Ahora bien, no se trata de una posesión real, sino intencional. Poseer intencionalmente es un modo especial de poseer que se distingue de la posesión material y que remite a algo externo a nosotros mismos.

El saber es poseer la forma, no la materia, del objeto conocido. Es decir, poseemos todas sus cualidades o rasgos esenciales sin necesidad de hacerlo físicamente interior a nosotros.

Conocer es entonces, la actividad mediante la cual el ser humano se apropia del mundo que le rodea. Esta apropiación es una captación intelectual del entorno o del propio organismo.

El acto de conocer es un proceso complejo en el que intervienen aspectos biológicos, cerebrales, lingüísticos, sentimentales. De ahí que conocer sea una necesidad fundamental para el ser humano ya que a partir del conocimiento la persona puede orientarse, decidir y actuar.

Partiendo de que el conocer es un proceso complejo en el que intervienen aspectos cerebrales, lingüísticos y sentimentales, podemos decir que el conocer puede cambiar de nombre al querer.

“La creencia de que el cariño es un salvoconducto que garantiza a perpetuidad la estima, amor y la pasión nos coloca en una posición de desventaja. Esta es una idea que nos emociona desde los primeros años de la infancia, en lo que toda la acción se desarrolla en torno a mil y un aventuras hasta que el chico y la chica logran unirse y vivir felices. No aparecen en el cuento las típicas fricciones conyugales que todos conocemos, los reproches, los llantos porque uno u otro no llegan a la hora esperada”

A lo largo de la vida vamos estableciendo numerosas relaciones interpersonales en las que vamos dejando más o menos afecto en razón de la afinidad que sentimos por esas personas, de la intensidad y frecuencia de la relación y de la reciprocidad afectiva que advertimos en ellos.

Pero puedo asegurar que en el momento en el que nos encontramos con ese ser que requiere de nuestra atención, puede ser simplemente para dar promoción a la salud o más allá…. Sufrió algún daño en su salud o condición física, estamos involucrando inconscientemente nuestros sentimientos de cariño y debemos aumentar con la comprensión, responsabilidad y empatía.

A la enfermera se le mira como un ser angelical que reparte dones a su paso, como aquella persona que entre otras cosas, baña a los pacientes. Sin embargo, para ejecutar el cuidado, su objeto de conocimiento y razón de ser, requiere de una formación científica, tecnológica y humanística que le permita, en su interacción con los pacientes, realizar acciones que exigen la participación de ambos. La enfermería es una relación humana entre un enfermo y una enfermera que posee una formación especializada, para reconocer y responder a la necesidad de ayuda; de esta relación surge frecuentemente, el esclarecimiento del problema del paciente.

De forma más o menos inconsciente, damos cariño esperando que éste obtenga una cierta resonancia en la persona querida, de tal modo que esta persona también nos dé cariño a nosotros, lo que supone un reconocimiento, una reciprocidad y el establecimiento de un vínculo afectivo, como la amistad, más o menos tácito. Convirtiéndonos en ese amigo, que le guiará para que logre lo planteado, regresar a su estado de salud tanto físico como emocional.

Durante nuestra vida diaria, mantenemos interacción constante con nuestros semejantes ya sean familiares, amigos, compañeros de estudio o de trabajo y en algunas ocasiones con extraños. Este es un aspecto vital en el cual estamos inmersos desde que nacemos hasta que morimos. Ni qué decir en nuestra profesión de enfermeras; debido a que nuestro trabajo se especializa en prestación de servicios de carácter social y humano, las relaciones interpersonales son inherentes a él.

No está por demás mencionar que la comunicación efectiva es esencial para la interacción que se genera en las relaciones enfermera- persona de cuidados. Mediante ella, entramos en contacto con las personas y el mundo que los rodea y es por ella, que se posibilitan la toma de decisiones, la obtención y transmisión de información y la modificación de objetivos. El encuentro entre una enfermera y un paciente en cualquier ámbito del cuidado, supone la interrelación de dos seres humanos que ante todo son personas; la comunicación entre ellos se establece mediante diversos códigos y uno de ellos es el lenguaje.

“Es importante poner en tela de juicio el mito de que el cariño es altruista, de que lo entrega todo sin esperar nada a cambio. La propia naturaleza del ser humano persigue recompensas, en mayor o menor grado, por aquello que realiza podríamos decir que casi nada se hace de forma gratuita”

Muchas veces se da afecto sin esperar nada a cambio, sin esperar una respuesta, pero difícilmente perduran demasiado estas relaciones, ya que la falta de resonancia afectiva hace que al no existir un estímulo que refuerce nuestra conducta, ésta vaya perdiendo paulatinamente fuerza hasta desaparecer, quedándose en otras personas de las que obtenemos una cierta compensación

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