ANTECEDENTES DE LAS EMPRESAS MAS FAMOSAS
Enviado por catherine.orm • 6 de Octubre de 2012 • 11.898 Palabras (48 Páginas) • 652 Visitas
CAPÍTULO IV
4.1 Antecedentes de las marcas más valiosas del 2003
4.4.1 Bimbo
En la ciudad de México en una pequeña planta en la colonia Santa María Insurgentes en el año de 1945 se fundó Grupo Bimbo, con 38 empleados y 10 vendedores.
Roberto Servitje, director actual de Bimbo, (citado por Ruiz, 2002) dice que:
“Cuando se fundó la empresa se consideró conveniente tener una imagen y un símbolo que fueran amables. La palabra Bimbo se escogió por tener ese atributo. En aquella época estaban de moda Bambi y Dumbo, que tenían una imagen simpática e infantil. El osito se copió de una tarjeta de Navidad y se le añadieron el gorro, el delantal y el pan bajo el brazo (p.54).
Los directivos de la compañía consideran que la fortaleza de su marca recae en la administración de su capital intelectual, trazando un código de ética donde la filosofía la tienen muy clara y trabajan para asegurarse que todos los que integran el grupo la vivan y la hagan realidad.
En su publicidad cuidan respetar los valores de las familias mexicanas, ya que consideran que la sociedad mexicana se destaca por sus valores
familiares, como respeto a los padres, solidaridad y la unión familiar (Ruiz,
2002).
Por otro lado, una de las ventajas competitivas de Bimbo es su red de distribución. Es por ello que destinó $50 millones de dólares para lo que internamente se conoce como “Bimbo XXI”, proyecto tecnológico para mejorar los sistemas previos e instalar nuevo equipo y software para hacer más
eficientes las tareas diarias (Oseguera , 2000).
Su conocimiento para desplegar un eficiente aparato de distribución directa es uno de los más grandes de América, ingresando al ranking de las cinco panaderas más importantes del mundo.
Desde fines de los años 80, ha explorado más allá de las fronteras mexicanas sin intermediarios, con distribución y logística directas, frescura de producto y servicios propios, adquiriendo experiencia en mercados diferentes al mexicano.
En 1993, Bimbo enfrentó un proceso de reingeniería para revisar los procesos de forma integral y soportarlos con sistemas de información. Su sistema de administración descansa en un esquema descentralizado y de responsabilidad, selección y formación de los jefes (Huerta, 1999).
José Ramón Huerta (1999) publicó que en Bimbo las personas trabajan en función de un esquema de “bisagras” para el cual se forman grupos. Cada miembro del comité ejecutivo es cabeza de su distinta organización, y de ahí la
bisagra se articula y baja hasta llegar al vendedor quien junto con su supervisor, desarrolla juntas regulares de equipo. Las decisiones de esta manera se toman en los distintos niveles apropiados.
Daniel Servitje, Director General de la empresa, (citado por Huerta,
1999) afirma que la empresa se fija una unidad de criterios financieros, contables, administrativos, de personal, teniendo la misma filosofía, pero diferentes maneras de hacer las cosas; con la finalidad de evitar un corporativo monstruoso mediante la frase: “tanta planta como sea posible, tanto corporativo
como sea indispensable”.
El Director General de Bimbo establece que por la naturaleza de su negocio administra efectivo; realizando el 80% de sus ventas en efectivo generando constantemente recursos para financiar gran parte de sus operaciones sin tener que recurrir a capital ajeno.
Además, el precio internacional de su principal insumo: trigo (importado en su mayoría) desde mediados de 1996 muestra un abaratamiento que se ha mantenido constante favoreciendo la adquisición de compras estratégicas al igual que el posicionamiento de sus marcas en un buen segmento de población mexicana y latina (Huerta, 1999).
El editor muestra en su artículo que el cuidado extremo de la distribución, servicio y calidad del producto; la selección rigurosa de sus proveedores, muchas veces sujeta a consignación, así como la dedicación a la integración de sus empresas ha hecho que Bimbo minimice no solamente
costos al permitir economías de escala, sino que garantice la satisfacción de sus clientes, que es alrededor de lo que gira toda su filosofía empresarial.
Desde los inicios de la compañía, sus fundadores se preocuparon por imprimirle a todos los que trabajaban ahí un sello particular, sustentado en la premisa de que la satisfacción del cliente era lo primero y de que el personal debía tratarse con respeto; conformando de esta manera la filosofía social cristiana establecida en la ética empresarial (Huerta, 1999).
El contenido de esta filosofía es la de “ponerse la camiseta”. Para ello permite la compra de acciones entre sus trabajadores, de los cuales alrededor de 11,000 son pequeños accionistas y promueven la capacitación continua, según las necesidades y posibilidades del grupo. La movilidad sobre todo en los estratos ejecutivos es bajísima y el liderazgo con responsabilidad es un valor que se exige de continuo.
Por ejemplo, es motivo de despido que un empleado ponga los ojos en alguien casado, trabaje o no en la empresa. Bimbo no permite que sus repartidores usen barba o que conduzcan sin cortesía en sus unidades de transporte, exigiendo amabilidad y precaución. Y aunque no es imperativa en cuanto a las manifestaciones religiosas, permite y propicia el culto católico.
Castro (2003) señala que no todo ha sido abundancia para la compañía, ya que ha hecho fuertes gastos en tecnología, invirtiendo en los últimos años cerca de $200 millones de dólares en el área de distribución y en las líneas de producción lo que ha presionado los márgenes operativos.
La empresa ha hecho frente a gastos extraordinarios como el cierre de su fábrica de chocolates en Viena, Austria debido a los elevados costos operativos y al fuerte nivel competitivo de tales productos en el viejo continente.
A pesar de que el 30% de las operaciones de Bimbo se localizan en Estados Unidos, el mercado de pan en ese país sigue en contracción, ya que cadenas de restaurantes como McDonald’s, al cual provee la firma, han
cerrado
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