AUTONOMIA Y DEMOCRACIA UNIVERSITARIA.
Enviado por emiliorodas • 7 de Octubre de 2016 • Apuntes • 1.388 Palabras (6 Páginas) • 253 Visitas
AUTONOMIA Y DEMOCRACIA UNIVERSITARIA
Emilio Rodas Panique
No es preciso abundar acerca de la importancia de la universidad en nuestra sociedad, la relevancia que esta adquiere ya sea en el pensamiento político, la visualización de futuro, la investigación científica, el desarrollo del conocimiento. Lo debatido y resuelto al interior de las aulas universitarias se convierte en norte de la comunidad, innovaciones que pueden marcar el rumbo de esta y producir grandes cambios que significan saltos cualitativos no solo para la sociedad del entorno sino para el pensamiento y la técnica universal. Por ello es que en determinado momento los bloques dominantes, desde el control del aparato estatal logran ejercer dominio sobre la vida natural de la comunidad universitaria, ponerla a su servicio exclusivo y relativizar su capacidad de propuesta y de dinámica transformadora, ahí surge el contrapoder como necesidad de auto preservación y cierto nivel de independencia de la censura administrativa y restricción presupuestaria en la universidad y a través de ambas control de los contenidos, lo cual fue establecido como autonomía universitaria, esta facultad le otorgaba al mundo universitario no solo la posibilidad de poder administrar sus presupuestos sino además sus contenidos, esto permite poder universalizar el conocimiento, contraponer tendencias, evaluarlas y sintetizarlas para ponerlas al servicio del estudiante y la comunidad. En resumen la sociedad desde su instancia universitaria se protege a sí misma para evitar caer en el unidireccionamiento vertical desde el poder estatal que a la vez expresa al poder del bloque dominante.
Desde allí ha transcurrido mucho, una revolución democrático-burguesa que instaura el capitalismo de estado como mecanismo intermedio para la transferencia del excedente a manos privadas con miras a forjar burguesía nacional, pese a lo moderno de esta revolución relativiza el papel de lo académico y le niega a la universidad la posibilidad de aportar en toda su dimensión; luego un largo periodo anarco-militar que se caracteriza en lo económica por preservar el modelo del 52 con los aditamentos de Washington, en lo político por el totalitarismo militar que por supuesto restringe al máximo la libertad de pensamiento en las universidades imponiendo intervenciones y cierres que tenían este propósito, pese a ello fue innegable el rol de la universidad por su vocación democrática en la resistencia a estos 18 años de dictaduras, puede que a lo largo de su historia este periodo haya sido el de mayor destaque del mundo universitario en cuanto a aporte social, su resistencia y consecuencia social, pese a las intervenciones, contribuyo a la recuperación democrática y los intentos de avance social; luego viene la recuperación democrática, un breve periodo de gobierno popular signado por la peor crisis económica de nuestra historia heredada de más de 14 años de movimientismo entreguista y 18 años de despilfarro, fantasía económica, latrocinio y endeudamiento militar, ahí la universidad aun supo germinar la identidad social como marca de conducta política, aunque también en ese momento se da la efervescencia y adquiere personalidad política la corriente de derecha que se había gestado durante las intervenciones de las dictaduras, es evidente que en este periodo de apertura democrática se expresa una importante generación de líderes forjados en la lucha y resistencia que ahora debían poner a prueba estas capacidades en la lucha democrática. La instauración de las medidas de ajuste estructural aplicadas desde el 85, encontraron a la U distraída en la guerra fría, pese a ello podemos afirmar que las corrientes progresistas aun hasta finales de los 80 tenían una presencia dominante al interior de las universidades, esta predominio sin embargo no se manifestó en calidad académica ni fortaleció las capacidades para enfrentar un entorno económico, político y social que indudablemente iba a cambiar los paradigmas en el mundo entero.
Al nuevo modelo económico no le interesaba para nada una universidad critica, propositiva ni politizada, se plantearon dos prioridades por tanto, despolitizar la universidad, aislarla absolutamente de su conexión natural con su comunidad, se eliminó el debate político sobre el rol de la universidad en el contexto político, económico, social. Con ello se le quitaba parte del alma a la comunidad, nuestros mejores hombres y mujeres que estaban en la docencia quedaban separados de su base, por tanto estériles políticamente, nuestra mayor esperanza, los jóvenes, quedaban expuestos a una fábrica de egresados sin proyección ni arraigo social, era la universidad ideal para el modelo neoliberal. Pero como lograbas que la universidad acepte este rol y resigne su papel histórico, ahí va la segunda prioridad, había que crear un microclima, un invernadero político cimentado en dos pilares: Autonomía y democracia universitaria, la autonomía debía ser proyectada como el paradigma, aquello por lo que el universitario (Docente, estudiante y administrativo) debía dar la vida, la autonomía ahora existía y servía solo para sí, ya no era el mecanismo de autodefensa de la sociedad frente al bloque dominante para universalizar el conocimiento, ahora era para el microclima. La democracia universitaria era el canal, ahora ya no se formaban lideres para la comunidad, ahora se formaban lideres para disputarse los cargos dentro de la propia U, se negaba así a la comunidad de la oferta de líderes construidos en la academia y a la academia la envolvías en un círculo vicioso de profesionales que viven de ella sin poder trasladar ahí la riqueza de la práctica profesional.
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