Abogado.

EL DEBER DEL ABOGADO

“No creemos que en nuestro imperio militar solamente las armas de espadas, escudos y corazones, sino también los abogados. En efecto militan los patrones de las causas. Quienes confiando en el arma de su gloriosa palabra defiende la esperanza, la vida y la descendencia de los que sufren”. JUSTINIANO

La sociedad ha creado diversos estereotipos con respecto al desempeño del abogado en su labor. A pesar de que se ha tratado de identificar al derecho como la búsqueda de la justicia, prevalece la imagen ciega y mutilada. Por ello, se ha dicho, no sin cierto tono de ironía que no habrá espacio para un abogado en el cielo, mientras haya espacio para uno más en el infierno.

Poca esperanza tenemos, pues, los profesionales del derecho que consideran y queremos a nuestra profesión, los que tenemos vocación para ejercerla y compartirla y los que sabemos que sin derecho, sin abogados que creen las leyes, las apliquen y las interpreten e integren, no es posible la vida en comunidad. De ahí que debemos reflexionar sobre “el deber del abogado en la sociedad”

La abogacía debe estar orientada en el equilibrio entre Derecho y Justicia, en defensa de los valores supremos de la persona humana, la actividad del abogado es realizar la justicia por medio del Derecho, debe trabajar por el mejoramiento del sistema jurídico y educar al público para que conozca sus derechos y las maneras de hacerlos valer, debe laborar con ética, prepararse adecuadamente y ser diligente en la representación legal de su cliente sin violar las leyes del país el abogado debe ser no sólo el servidor de la justicia, sino también de la libertad contribuyendo al restablecimiento del orden social quebrantado, partiendo por el respeto de la dignidad humana y que se asegure la paz social.

El abogado primero ha de ser buena persona, solo así podrá ser después buen abogado. En definitiva, nosotros que pretendemos ser un buenos abogados, no nos debe bastar con saber leyes, hay que dejar el corazón, la pasión y la razón en la tarea, para que el resultado sea exitoso, lo que no significa que siempre se gane, sino que se hayan usado en cada caso, las mejores herramientas disponibles, manipuladas del modo adecuado, sin sentir rencores por el abogado oponente, que también está luchando en la defensa de su cliente de igual modo.

Como sociedad no hay que criticar el oficio de un abogado ya que este cumple una función totalmente social, ya que ellos trabajan para defender los derechos de las personas que son vulnerables. Como abogados debemos interpretar la abogacía no solo como una técnica o incluso una ciencia, para el buen abogado su profesión ha de ser además un arte, que empieza por el arte de ser persona.

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