Acción, Interacción Y Construcción Del Conocimiento En Situaciones Educativas

La revolución industrial fue el suceso esencial en la renovación del proceso económico de la sociedad en casi todo el mundo, iniciado en Europa casi a finales del siglo XVIII trajo como consecuencia la transformación de la cultura, educación, tecnología y algunos otros factores que son la razón de la sociedad actual. La educación – razón del presente análisis – fue radicalmente transformada, con el desarrollo de la tecnología se abrieron retos en prácticamente todas las ciencias, se debió masificar a la sociedad preparándola para responder a las nuevas necesidades económicas, la escuela fue el medio eficiente y el profesor la herramienta adecuada para disciplinar y calificar a los alumnos, promoviéndolos a través de exámenes para conocer su nivel de conocimiento.

En el siglo XX las necesidades han cambiado, el proceso de formación educativa debe ser adecuado a las nuevas necesidades sociales, pareciera ser que la forma en que se educo a la sociedad debiera reinventarse para dar paso a una que vaya más allá de realizar actividades repetitivas, es tiempo de que la escuela – como lo fue durante la revolución industrial– cumpla su función social, formar a una nueva clase que en consecuencia de los estragos sociales y avances tecnológicos está perdiendo el uso del razonamiento lógico e imaginativo por uno estructurado –casi robotizado- donde se recibe información en cantidad y rapidez que le impide generar nuevas ideas y transformarlas en acciones de beneficio social.

Para contribuir a lo anterior, distintos autores participan con sus teorías en las que proponen la evolución del proceso de enseñanza aprendizaje, centrando al alumno como objetivo esencial de la educación y los aprendizajes como herramienta para que éste – el alumno - adquiera no sólo conocimientos, si no que a través de estímulos sea capaz de asimilar e interpretar dichos conocimientos transformándolas herramientas útiles (competencias) que le ayuden a ser agente de transformación en su entorno social. En concordancia con lo anterior Cesar Coll en su libro Aprendizaje escolar y construcción del conocimiento, (capitulo 6, hoja 134) señala la importancia y efectos de la actividad autoestructurante como fenómeno fundamental para el desarrollo del conocimiento: “si bien la actividad autoestructurante está en la base del proceso de construcción del conocimiento y tiene en efecto unas leyes propias que deben respetarse, ello no implica en absoluto que sea impermeable a la influencia del profesor y de la intervención pedagógica”, es decir el profesor debe desencadenar en el estudiante actividades que le lleven a desarrollar procesos de acción en donde la articulación conjunta sean la base para la adquisición de conocimientos mediante el aprendizaje constructivo.

En razón al seguimiento de la temática planteada por el autor se puede hacer entonces la siguiente pregunta: ¿Es el profesor artífice

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