Actualización Y Formación Docente

ACTUALIZACIÓN Y FORMACIÓN DOCENTE

Introducción

Los temas que se presentan en este ensayo, han sido elegidos después de realizar las respectivas investigaciones ya que considero que como educadores y profesionales debemos manejar y conocer ampliamente lo descrito en este trabajo por lo tanto se ha pretendido abordar los significados más explícitos y adaptables a nuestro sistema educativo y medio en el cual nos desenvolvemos día con día, lo anterior con el propósito de involucrar a las personas que actualmente se están integrando en tan valiosa labor como docentes e incluirlos en nuestras experiencias cotidianas.

ACTUALIZACIÓN Y FORMACIÓN DOCENTE

REFLEXIONES SOBRE LA ACTUALIZACIÓN Y FORMACIÓN PERMANENTE

Los procesos de formación en los actuales movimientos internacionales no son competencia del sector industrial en las comunidades globalizantes. Las propias políticas nacionales educativas en su Sistema Nacional de Formación Continua y Superación Profesional de Maestros en Servicio, mencionan que es fundamental impulsar políticas y programas de formación continua y superación profesional; que promuevan el desarrollo de una nueva profesionalidad docente permitiendo transitar de una visión restringida del docente como un profesional técnico, a la de un profesional con una formación amplia. Comprometido con la tarea educativa, que reflexiona sobre su práctica, que identifica y resuelve los problemas que se le presentan y que requiere de márgenes de autonomía para la toma de decisiones.

El profesor de nuestro país, de nuestro Estado, debe estar preparado para hacer frente a las demandas de destrezas, habilidades, conocimientos y actitudes que las mismas políticas educativas le exigen a través de las Reformas Educativas en los distintos subsistemas. De esta forma, puedo argumentar que la formación docente unida con el desarrollo no es un hecho reciente, más bien trata de ver la formación como un aprendizaje constante, acercando ésta al desarrollo de actividades profesionales y a la práctica profesional desde ella.

Desde una perspectiva personal, la actualización y formación profesional de mi práctica docente, la entiendo como un proceso de aprendizaje formal e informal, cuyo resultado no sólo lo distingo en el cambio de los hábitos de enseñanza; sino también, en un trabajo reflexivo sobre mi propia práctica. En consecuencia, el desarrollo profesional como docente ha implicado mi interacción con los contextos espacia y temporal en los que me desenvuelvo.

Dentro de estos ambientes se producen múltiples interacciones sociales que involucran: a compañeros, padres de familia y directivos. De esta forma, las condiciones de trabajo influyen en el desarrollo profesional docente promoviendo o inhibiéndolo. Sin embargo, éstas no las considero como una relación de causa – efecto, sino como elementos mediadores. Tal como le maneja Guilles (1997: p. 2) donde expresa: “Por un lado uno se forma a sí mismo, pero uno se forma sólo por mediación. Las mediaciones son variadas, diversas. Los formadores son mediadores humanos, lo son también las lecturas, las circunstancias, los accidentes de la vida, la relación con otros...” todas éstas son mediaciones que posibilitan la formación, que orientan el desarrollo, la dinámica del desarrollo en un sentido positivo.

Relacionándolo con Kelchtermans (2004) se puede enunciar que el desarrollo profesional docente puede entenderse en función de dos perspectivas o agendas de investigación. La primera, destaca el aspecto descriptivo del proceso de desarrollo profesional, tanto en su forma como en su contenido. Se centra en las experiencias de aprendizaje y busca comprender su significado y los factores que la influencian. La segunda agenda intenta ir más allá de la descripción, interrogando acerca de las formas en las que podemos organizar el desarrollo profesional para que sea más eficiente.

RESPONSABILIDAD EN LA FORMACIÓN DOCENTE

El profesionalismo, entendiéndolo como responsabilidad en la docencia, implica una congruencia entre la práctica de los modelos o enfoques pedagógicos y la puesta en marcha en el aula. Referencia sustentada metodológicamente; además, de una determinada organización del trabajo académico dentro y fuera de la institución. Por consiguiente, el ser docentes profesionales nos comprometerá a desarrollar diferentes capacidades y habilidades que nos harán ser profesores competentes, consolidará un grupo académico profesional coordinado y en permanente evaluación de su desempeño.

En relación con lo antes citado, desde la incursión en mi formación docente he dirigido mis esfuerzos en articular mi labor con un compromiso no sólo profesional, sino ético y social; de intentar conocer mejor al alumno, sus procesos de enseñanza y aprendizaje en los que construye y transforma su conocimiento de la realidad. Es por ello, que como docente he de mantener un pie en la escuela y otro fuera de ella. Distanciándome tanto de la visión mesiánica como de las concepciones tecnocráticas y excluyentes de hoy. Como resultado, mi formación docente se ha encaminado a crear las condiciones para estimular una relación fluida y significativa con el conocimiento; mediante el cual, pretendo favorecer el desarrollo óptimo de las capacidades y habilidades del alumnado. Esta labor de orientación y acompañamiento para que vaya familiarizándose con el aprendizaje y descubra su sentido. Incluidas estas, en lo mencionado por las corrientes pedagógicas siguientes: “Enseñar es una forma de ganarse la vida pero, sobre todo, es una forma de ganar la vida de los otros” (E. Lledó. 2011, p.182). “La mejor educación es el ejemplo” (A. Einstein. 2004, p. 127). “El educador debe enseñar poco, observar mucho y orientar las actividades psíquicas de los niños y su crecimiento psicológico” (M. Montessori. 1989, p. 55). “El buen maestro es el que enseña a los alumnos a prescindir de él” (F. Savater. 2009, pp. 133-150). Lo expresado en las citas anteriores desde un panorama personal implica, asociar mi desarrollo como docente a los procesos de reforma

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