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Administraciòn Pùblica El Plebicito Y El Referendum


Enviado por   •  14 de Febrero de 2013  •  4.058 Palabras (17 Páginas)  •  309 Visitas

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INTRODUCCION

Ante el hartazgo de los ciudadanos de todo un pueblo de una nación, bombardeada constantemente con la simulación y la impunidad brutal de sus gobernantes y el poder acumulado en los partidos políticos.

Surge la necesidad de darle de una vez por toda voz al pueblo, de tener espacios donde los ciudadanos puedan tomar en todo momento la decisión legítima en sus manos y no entregar sus destinos solamente mediante el voto y la elección de un congreso. Las facultades que ahora nos permite la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Sin embargo esto no es suficiente ante el mar de injusticias que inundan a la sociedad. Gobernadores millonarios, Gobernadores asociados con el narcotráfico, Gobernadores amigos de pederastas. Presidentes impuestos por poderes facticos, En fin es larga la lista de las grotescas figuras de poder.

Los últimos hechos y sobre todo en los últimos años se han tratado de silenciar las voces de reclamo que se han manifestado en marchas, mítines, plantones, pero el grado de protesta no llega a los oídos de la burocracia gubernamental y partidista.

Surge así la necesidad legitima de regular las figuras de la democracia participativa, el plebiscito, referéndum en el ordenamiento Constitucional, a fin de dar creción al ejercicio de la soberanía popular.

Al incorporar figuras legales, que permitan tener el nacimiento de un procedimiento que represente a los millones de mexicanos, otorgaran no solo un respiro a la incipiente democracia, sino dejaran claro al estado y a los partidos la importancia del clamor ciudadano ante toda injusticia, simulación e impunidad. Para esto es necesario de la participación ciudadana.

Todo lo anterior se consagra en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en su artículo 39

“La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste... El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno".

Para materializar ese derecho constitucional se requieren una serie de reformas que permitan desarrollar una democracia participativa, derecho fundamental para el desarrollo sano de cualquier nación.

Una propuesta que tenga como fin una democracia plena, donde se de voz no solo a los miembros de los tres poderes de la Unión, y a las partidos políticos; si no se refuerce el génesis de las instituciones y la razón misma de la creación del estado Mexicano: “El derecho y la libertad de todos y cada uno de los Mexicanos”.

DEMOCRACIA

ANTECEDENTES HISTORICOS

Cuando se habla de democracia directa, se está hablando de Atenas, en ella nació y se practicó este sistema de gobierno. El ateniense de entonces vivía en un territorio bastante pequeño, podía andarlo y conocerlo todo: la población constituida por la ciudadanía, era igualmente pequeña, donde los esclavos, en mayor número, no eran considerados como ciudadanos.

El ateniense era el estudioso que podía hablar diariamente con los filósofos; escuchar a sus gobernantes; asistir al teatro y discutir la política en la plaza pública; era perito en derecho internacional y así opinaba sobre la guerra y la paz; era legislador y también juez o gobernante; podía alternar su condición de gobernante y gobernado; pagaba impuestos; era poeta y soldado; y estudiaba la política al igual que recitaba los poemas de Homero.

Esta era la condición del hombre y la geografía pequeña que va a impulsar un sistema de gobierno que luego sería imitado en sus principios; más no en su práctica directa, porque la amplitud de los estados modernos lo imposibilitan, tanto en la extensión de sus territorios, como también por la población cada vez mayores de que hoy se componen.

La Atenas de Pericles no superó su población de 300 mil habitantes en un área de 2.500 kilómetros cuadrados. Donde el ciudadano se reunía en asamblea para votar las leyes, nombrar a los magistrados principales y decidir en calidad de jueces; ejerciendo, de esta manera, sus derechos políticos directamente. Pero es de notar que en la antigüedad la igualdad civil y política estaba encerrada en límites bastante estrechos, ya que existían hombres libres, los que ejercían los derechos, y la esclavitud, privada de todos los derechos y considerados como cosas.

El ciudadano, por el sólo hecho de serlo, llevaba en sí la obligación de participar en la vida pública de acuerdo con las aptitudes de cada uno. En este sentido se concebía la democracia como "ejercicio de la soberanía por los ciudadanos libres e iguales bajo la égida de la ley, que protegía a unos ciudadanos de los otros y defiende también los derechos de los individuos contra el poderío del Estado y los intereses del Estado contra los excesos del individualismo".

Si, la democracia directa se ejerció en la antigüedad como un derecho exclusivo de una clase, hoy la conciencia del hombre ha cambiado y quienes eran esclavos dejaron de serlo desde que la democracia tiene sus títulos en la idea de libertad, igualdad y fraternidad cristiana. Y desde el siglo XVII no ha cesado de ser proclamado el principio de la libertad en una forma u otra contra toda diferencia, así sea de raza, color u opinión, y fundando sobre esta entidad la igualdad de derechos. En que el hombre actual es un individuo con plena actividad en el ejercicio de sus derechos políticos; mientras la antigua democracia era un gobierno de clase en cuanto eran pocos los que ejercitaban aquellos derechos. La moderna ha sentado sus principios considerando como instrumento propio y medio indispensable para su actuación, el sufragio universal, que viene a ser el punto de partida de la democracia representativa.

"Cuando la soberanía la posee el cuerpo del pueblo, se está en una democracia", y el pueblo la posee en ese momento ansioso en que se acerca a las urnas electorales para depositar su voto, para darle toda su confianza a esos legisladores y gobernantes que brotarán de esa tarjeta en que han puesto todas sus esperanzas.

La democracia representativa actual, tiene hoy la ventaja que le da la numerosa población, de que en ella siempre habrán hombres capaces para desempeñar las funciones públicas, además, tenemos la educación transformada en un servicio público y controlada por el Estado para que en ella se formen hombres capaces.

También es una gran ventaja la difusión de las ideas

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