Adultos: Un aprendizaje significativo desde y para la experiencia.

Adultos: Un aprendizaje significativo desde y para la experiencia.

1 día, 24 horas, 60 minutos, 60 segundos.

La vida es un conjunto de momentos producidos en el tiempo, que atesoramos desde la experiencia de percepción del mundo en que vivimos.

Por lo tanto a nuestro entender, en el juicio de cada Ser, otorgamos validez a las experiencias de los otros y a mayor bagaje de experiencias mayor crédito damos la sabiduría que pudieron haber generado.

Desde pequeños nos vemos atravesados por un mundo del cual aprendemos, vemos, oímos, sentimos e interpretamos desde el contexto en el que estamos. Ahora bien, educamos desde parámetros y delineamos estándares de aprendizajes para poder acreditar conocimientos y con ello el paso a la siguiente etapa.

¿Y qué nos pasa cuando tenemos más que aprender que enseñar? O mejor dicho… Cuando el aprendizaje se transforma en un compartir.

Esa es la oportunidad que ese nos presenta en las escuelas de adultos, es la de compartir aprendizajes, donde las varas de medición las reservamos para las matemáticas y donde lo que importa es el Ser como individuo que tiene la posibilidad de aprender desde sus experiencias en el intercambio con los otros.

Si trazamos una analogía entre un partido de futbol y la vida de los adultos, podríamos decir que están jugando el campeonato de la vida, que han tenido partidos donde han goleado y donde han sido goleados, con errores y aciertos, donde han aprendido y donde se han frustrado.

La educación permanente para adultos entonces se delinea en el entre tiempo, en la preparación física, en la táctica, en las experiencias de juego, donde hay quienes se destacan al arco, abajo, medio campo, arriba. Donde se aprovecha de cada uno en la construcción de un todo.

Entonces en nuestras escuelas recibimos de puertas abiertas a todos aquellos que con sus experiencias, que hasta quizás no consideren valorables, y los acompañamos y aprendemos de ellos a resignificarlas.

Al llegar a la escuela estos adultos vienen con un bagaje de aprendizajes y vivencias que a veces los desmotivan, se acercan lentamente queriendo pasar desapercibidos como si tuvieran vergüenza de que vean que no tienen los aprendizajes esperados por la sociedad. A cuantos les han hecho creer que no podían, que fracasaron, que para esto no servían.

Es por eso que nuestro desafío es mostrarles que lo que traen es valorable, que tienen el espacio de ser escuchados, que tienen experiencias con las cuales nosotros como docentes no contamos y que queremos aprender de ellos.

En la educación de adultos tomamos los siguientes pilares que nos permiten construir colectivamente aprendizajes significativos para la vida.

Libertad: El alumno elige esta oportunidad, lo hace libremente y depende de nosotros no defraudar esa elección, ni repetir experiencias educativas que no fueron beneficiosas para ellos.

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