Agroecologia En Coombia

AGROECOLOGIA Y EL PASADO

Cuando el conquistador español Sebastián de Belalcázar llegó en 1533 a la provincia de Loja, en Ecuador, se encontró con que pobladores de la región tenían una práctica que desde entonces ayuda a sacarles jugo a las sequías.

La técnica milenaria que aún perdura en el cantón de Zapotillo, en Loja, podría ser una de las estrategias que retome hoy la agroecología.

Consiste en cultivar en las zonas de ríos y quebradas que quedan despejadas de agua cuando llega la época de sequía.

Luego de seleccionar las áreas se retira el material pétreo, se nivela el terreno, se agrega abono y queda listo para el cultivo. A medida que el río se seca se avanza con la siembra.

Este técnica ancestral que recibe el nombre de Cultivo de Orillado es uno de los saberes con los que debería conversar hoy la agroecología. Así lo pidió Miguel Ángel Altieri en la conferencia inaugural del doctorado en agroecología, el martes en la Universidad Nacional, sede Medellín.

Altieri, presidente de la Sociedad Científica Latinoamericana de Agroecología, Socla, es un experto de esa área a la que se refirió como una ciencia capaz de responder a las necesidades que plantean para el sector agrario las crisis económica, energética y ecológica.

El experto planteó la necesidad de una producción que utilice menos agua, menos energía basada en el petróleo y que resista el cambio climático.

A su juicio el modelo industrial de monocultivos, con altos insumos químicos y la opción de los transgénicos no tienen futuro porque no responden a las necesidades alimentarias mundiales. La respuesta estaría en la agroecología, que se apoya en las estrategias campesinas de producción.

Para José Régulo Cartagena Valenzuela, decano de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Unal en Medellín, el impacto de la agroecología en Colombia puede ser muy importante porque uno de los puntos sensibles de la producción agraria hoy es la huella que deja en el campo la aplicación de productos nocivos.

Planteó que la ciencia de la que se ocupa el doctorado, en cambio, propone una explotación consciente, que no agreda al medio ambiente, pero que responda a las exigencias de productividad, del mercado y a las de los consumidores que solicitan productos más limpios y sanos.

En Colombia las fórmulas agroecológicas podrían beneficiar, por ejemplo, a productos tradicionales como el maíz, el frijol y el café y a otros que han adquirido auge como la palma de aceite, en la que su alta demanda lleva al uso de pesticidas.

Uno de los objetivos es responder a las necesidades del campesinado. Así lo cree Juan Antonio Espinoza, uno de los 19 estudiantes que empezaron a tomar clases del postgrado.

La agroecología, opinó, es una

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