Al mal tiempo, buena cara.

                                                                                                           Angelina Savytska

Al mal tiempo, buena cara

Este refrán refiere a mantener una actitud positiva y un buen humor ante adversidades de la vida y circunstancias desagradables. Es decir, que no importa que tan mal estén las cosas, estas deben afrontarse con carácter y buena actitud. Sin embargo, no en todas las situaciones negativas es posible mantener una sonrisa y/o presentar positividad ya que muchas veces uno es esclavo de emociones espontaneas y le es imposible no expresarlas. Por ejemplo: si en la familia fallece un ser querido o cercano, es muy difícil permanecer con buenas energías. Ante tal evento, suele ser más común la tristeza, el yanto y la depresión en los peores casos, aunque ésta no siempre dure demasiado tiempo. Aun así, la “buena cara” es prácticamente imposible, a no ser que ese ser cercano se presente como un inconveniente o no caiga del todo bien.
Como segundo ejemplo podemos mencionar una mala calificación en algún examen. En el caso de que uno se esforzara para pasar la instancia de un parcial y que de igual modo repruebe, provocaría frustración e impotencia. Alejando bastante la probabilidad de una reacción positiva.
Finalmente como último ejemplo ilustraremos la situación de un robo a mano armada. Ésta puede llegar a ser muy estresante, sin mencionar que causa yanto, impotencia, miedo y shock en una buena porción de la población. Asimismo es complicado que una persona recientemente asaltada salga saltando y riendo como caperucita roja a la casa de su abuela.
Muchas veces cuando las “aguas se calman” y se reflexiona acerca de ciertas circunstancias incómodas y tristes, puede notarse algún rasgo positivo en las mismas y afrontarlas con otra perspectiva, no dejándose abalar por largo plazo. Pero esto no siempre ocurre de manera tan espontánea, generalmente pasa algún tiempo para que se pueda procesar lo sucedido. Además, es necesario expresar las emociones tales como son y no taparlas con falsas sonrisas y actitudes positivas forzadas. Esto no quiere decir deprimirse por un año si se reprueba alguna instancia importante, o salir gritando y encerrarse en su cuarto dos semanas si uno es asaltado. No obstante, tampoco esconderse bajo sentimientos que realmente no se sientan en ese momento.

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