Alebrijes En México

“Cada momento de nuestra vida por obscuro que parezca, es acompañado por instantes mágicos que lo llenan de sueños e ilusiones sin dejar que muera esa inocencia que nos ha enseñado

a apreciar las pequeñas cosas que realmente tienen un significado mucho más grande…

Único e invaluable.”

Así nacen los Alebrijes como una luz en medio del abismo… En 1936 cuando la muerte ronda en la vida de Pablo Linares aparecen seres mágicos que lo acompañan en sus sueños, con cierto aspecto tenebroso pero llenos de vida y con fascinantes combinaciones fisonómicas de diferentes animales; que lo guían al mundo de los muertos dejándolo entrar a un lugar imaginario envuelto de misterio. Linares decide representar ese sueño nunca olvidado en figuras de papel maché y tiempo después junto con un artesano oaxaqueño se les ocurre representar esos seres imaginarios en madera de copal. Y se nombran con la palabra de “Alebrijes" de origen Caló (lenguaje gitano adoptado) que quiere decir "cosa enredada, difícil y de tipo confuso o fantástico”.

Regresando a casa por un rato… caminando por lugares llenos de vida y de recuerdos… pensando en organizar el tiempo para asistir a algún evento…pero levanto la mirada una vez más y descubro que cada pequeño rincón es un espacio de arte y de cultura; se escucha la música de un baile urbano, las risas de las personas de la ciclo-vía, la protesta constante e invencible de las voces que no callan y no se dejarán vencer por un gobierno que debería temer a su pueblo, los ronquidos del vagabundo que se apropia de una sombra… y de pronto todo el caos vehicular y los edificios tan característicos de la zona turística pasan a un segundo plano… puedes respirar un aire lleno de asombro e ilusiones, no existen clases sociales ni diferencias de edad, género o raza… los pabellones y los Alebrijes se han apropiado de la cuidad al igual que nosotros de ella; las personas cambian el ritmo de vida por unos momentos y surgen esos instantes que te quitan el aliento… Comienzan a llegar sueños, ilusiones, anécdotas, conocimientos, cortesía, energía, tranquilidad, paz, esa sensación de sociedad, entre muchas otras cosas que te invitan a comprender mejor ese momento… en pocas palabras lo que realmente somos.

Empieza cierta complicidad entre los habitantes, te identificas no sólo con las personas sino con el lugar, con las obras, con el artista y sabes que los nombres de los Alebrijes son más que una simple frase y te transmiten toda una historia… que te hacen sentir un mar de emociones por la diversidad de pensamientos expresados y las diferentes ideologías que hacen tan rica a la ciudad.

Sin ser una coincidencia el Alebrije 285 de

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