Altraismo

El altruismo es la motivación de aumentar el bienestar de otra persona y se opone al egoísmo. Autores como Batson resaltan la existencia de dos tipos, según el fin último: altruismo egoísta y altruismo empático.

De ahí que la motivación que se tiene al ayudar a otro, sea tan importante para explicar el altruismo. Es común que las personas cuando ven a alguien con una enorme necesidad se sientan afligidos por la condición de la otra persona y acudan a ayudar para aminorar este sentimiento en

sí mismas, más que querer reducirlo en la otra persona, por lo que se considera un impulso egoísta. Sin embargo hay personas cuya motivación es un sentimiento de empatía, es decir un estado emocional causado por la percepción y la necesidad del otro, siendo el principal objetivo mejorar las condiciones de la otra persona.

Por otro lado, Darwin en su teoría de la evolución y selección natural explica que el altruismo es también un instinto de supervivencia (a pesar de que suene ilógico), ya que favorece la supervivencia de una raza como un todo, como cuando una abeja muere protegiendo toda la colmena. A partir de esta afirmación, se puede inferir que un ser humano puede sentir la necesidad de ayudar a otro, incluso como un instinto, que lo lleva a proteger a la humanidad, la raza humana.

Como en la mayoría de los comportamientos humanos más de un factor tiene que ver con su formación dentro de la persona. Puede tener mucho que ver si hay una predisposición, sin embargo, el ser humano tiene una enorme capacidad de aprendizaje lo cual le permite desarrollar esta y otras virtudes contando, claro está, con los reforzadores adecuados. Pienso que el altruismo corre por nuestras venas como

muchas otras actitudes, sin embargo como a veces no existen los reforzadores positivos necesarios para consolidar este tipo de comportamientos en las personas, más y más gente desiste de actuar de esta manera. Por otro lado, también pienso que está en la naturaleza humana el buscar la comodidad, lo menos malo para mí, sin arriesgarme a confiar en los demás; este comportamiento está probablemente ligado a que no se hace la prueba de dar un poco a los demás y no se reciben los reforzadores positivos.

En conclusión, el ser humano es, como decía Rosseau “bueno por naturaleza”, sin embargo la humanidad lo corrompe y en la época en la que vivimos se nos enseña desde niños a actuar de manera egoísta y estando siempre en competencia y comparación con los demás. Sin embargo, no debemos olvidar que está en nuestra naturaleza el instinto altruista, y debemos buscar la manera de enseñar a los niños a ayudar a los demás. Después de todo, el grupo más apto, y en consecuencia con más probabilidades de sobrevivir de acuerdo a Darwin y otros autores, es aquel en el que los individuos son capaces de ver por todo el grupo y no sólo por ellos mismos.

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