Análisis Cuento Yzur, Los Simios, El Dedo Del Mono

Un posible análisis de los textos Los simios, de Rodolfo Wilcock, Yzur, de Leopoldo Lugones, y El dedo del mono, de Isaac Asimov, permitiría considerar a la aprehensión de determinado lenguaje como un rasgo inherente a las relaciones de dominación. Éstas representan una temática principal en los tres cuentos, en los que se ejercen tensiones en las relaciones de poder basadas en el intento de inculcar en el otro un lenguaje y hábitos ajenos a su cultura.

En primer lugar, el texto Los simios da cuenta de una especie animal descripta por el narrador como un ser colectivo, descripción que inhabilita la posibilidad de que cada individuo ejerza una inteligencia y razón individuales.

El empleo y las características del lenguaje en el cuento permiten dar cuenta de dicho impedimento. La lengua se halla regida en la cotidianeidad por el principio de continuidad, admitiendo alteraciones o desplazamientos conforme a los usos adoptados por los conjuntos sociales en cada momento histórico. En el caso de los simios, sin embargo, la lengua se presenta como un rasgo que alienta la anomalía de la inexistencia de la individualidad. Carolina Suárez Hernández menciona que los cuentos fantásticos de Wilcock se concentran en los márgenes de la realidad, y en las excepciones y anomalías de las leyes del orden social . En este aspecto, el cuento Los simios se corresponde con la descripción presentada por Súarez Hernández: las leyes del orden social presentan excepcionalidades; el lenguaje, rasgo fundamental del orden social, se mantiene inalterable a lo largo de las generaciones, destacando así la anomalía de la especie.

Podría considerarse que los simios no actúan en base a hábitos adquiridos culturalmente, debido a que el texto demuestra su imposibilidad de alterar su idiosincrasia, de esta manera, parecería ser que sus hábitos se hallan determinados, y no corresponden a su cultura, sino a su naturaleza. De este modo se presenta el lenguaje en el texto: el narrador apela a los conceptos de inmutabilidad y estabilidad para describirlo.

El lenguaje podría presentarse, entonces, como una relación de dominación en el texto de Wilcock, en tanto que se presenta una implícita supeditación del sujeto individual frente al ser colectivo: la unidad y rasgos indisolubles de la especie impiden pensar una aparente posibilidad de ejercer una razón desautomatizada, alentando así la excepcionalidad de la lengua que se presente inalterable con el correr de las generaciones. El narrador menciona “[…] todos sus miembros hablan el mismo idioma, un lenguaje en gran parte compuesto por chillidos” ; de esta manera permite relacionar al lenguaje con la identidad de los miembros de la especie: el hecho de alterar un lenguaje que ha permanecido estable por generaciones podría significar el aislamiento físico y/o intelectual de un espécimen frente al ser colectivo.

El cuento Yzur da cuenta de la relación de dominación originada a través del ideal que pretende establecer un lenguaje común. El texto permite describir un sistema educativo que alienta la incorporación del lenguaje basado en un modelo en el cual el alumno se halla obligado a postergar sus saberes y a aprehender un nuevo conocimiento, hallándose subordinado a su maestro, sin posibilidad de generar una retroalimentación cultural.

En el cuento, un hombre considera que los humanos primitivos descendieron a ser monos al perder la capacidad del lenguaje. De esta manera, pretende reinstaurar en uno de ellos dicha facultad para evidenciar su teoría de la regresión.

Yzur permite denotar la situación de dominación en diversos aspectos: en primer lugar, la circunstancia de que un individuo se proclame “amo” de un mono por el hecho de haberlo comprado denota una relación de subordinación. El mono tan sólo logra subsistir a base del alimento y agua proporcionadas por éste, el científico es su garante de vida. En segundo lugar, se destaca la necesidad del individuo de generar en el animal la aprehensión de determinado conocimiento. La relación de dominación también puede demostrarse en tanto que el mono intenta, hasta el final, ejercer una resistencia frente a la modificación de su idiosincrasia: en el momento en el que requiere hablar para lograr garantizar su supervivencia, pierde la autoridad sobre sí mismo y vence su amo al lograr instalar en él un idioma

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