Análisis De Libro Democracia En Venta

Democracia en venta

La Unión Europea se construyó sobre principios de cohesión y colaboración solidarios, con la intención de mejorar el bienestar social y económico de todos los integrantes, procurando estabilidad política y económica, a la vez que se quería evitar futuras guerras entre países europeos. Francia y Reino Unido forzaron la unión monetaria con Alemania para colaborar en su unificación y frenar futuros enfrentamientos armados. Se pretendía una convergencia a distintos niveles entre los diferentes países, pero en la práctica se ha desarrollado de forma desigual e ineficaz, puesto que, el euro se aplicó como instrumento de convergencia cuando tenía que ser objetivo de la misma. Mientras que el euro y la unión monetaria han supuesto una serie de beneficios hasta el estallido de la crisis, las desigualdades entre los países, lejos de desvanecerse, se han incrementado

La unión económica, el euro y la cesión de soberanía monetaria han beneficiado a las economías ya de por sí fuertes y competitivas, del norte de Europa, y ha provocado el endeudamiento y pérdida de competitividad a nivel europeo y mundial de las naciones de la periferia, y las ha privado de instrumentos que en otras épocas les han permitido recuperarse puesto, que ya no tienen soberanía sobre sus monedas, sus reservas de oro y los tipos de cambio, instrumentos comúnmente utilizados en el pasado, y los escenarios bélicos y colonialistas que configuraron la expansión del capitalismo y el actual orden económico mundial, ya no tienen cabida en nuestros días a pesar de las patentes desigualdades entre países históricamente desarrollados y países subdesarrollados.

A esto también ha contribuido la falta de unión política y fiscal en la Unión Europea, ya que cada país ha velado más por su propio interés que por el del conjunto. En este punto estoy de acuerdo con la autora cuando defiende que el problema viene más por el lado de la mala o deficiente actuación de los políticos de los países de la periferia que de los países más fuertes, que han provocado un endeudamiento desmesurado de sus países y han descapitalizado y deslocalizado importantes industrias a favor del comercio internacional y del crédito fácil, además de que los bancos en muchos casos se han alejado de la financiación de la economía real a favor de la deuda soberana, en principio con menor riesgo, mientras que los países del norte han apostado a la vez por financiar a su economía real y también la de los países periféricos. Estos han mantenido las estructuras productivas creando valor en sus economías y han comercializado tanto con el resto de Europa como a nivel mundial de manera competitiva gracias al euro, pero los países del sur se han visto perjudicados, con menor competitividad, inflación, deslocalización, paro y políticas de reducción de costes, empeorando las condiciones salariales de muchos trabajadores por la necesidad de ser competitivos y de financiación, proveniente de las economías del norte de Europa, lo que ha creado dependencia del crédito y la inversión extranjera.

Todo ello ha repercutido negativamente en las posibilidades y el nivel de vida de las personas de estos países con la crisis de liquidez: personas altamente endeudadas y sin capacidad de generar recursos para subsistir y hacer frente a sus obligaciones. En el libro se refiere a esto como un nuevo colonialismo, que mantiene el estatus de los más fuertes a costa de los sacrificios de los que están en una posición inferior y/o de subordinación a los intereses del más fuerte, en un contexto de endeudamiento y competitividad dentro del euro.

El estallido de la crisis a nivel mundial ha provocado en los países muy endeudados situaciones extremas para países como Grecia, España e Italia. Para la autora esto se ha traducido en canibalismo y colonialismo entre países dentro de la propia Unión Europea, e implica que el capitalismo como sistema

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