Aprender A Vivir

Marina entiende la personalidad como una meta, un proyecto en que todo ser humano tiene partida. Es decir, lo concibe como un constructo que se va desarrollando a lo largo de la vida, en contrapartida con lo piensan algunos autores, que se empieza a desarrollar en la adolescencia con la construcción de la identidad y termina en la edad adulta.

A lo largo de la historia de la psicología, se han desarrollado múltiples teorías de la personalidad divergentes entre si desde diferentes puntos de vista de la psique del ser humano. Pero siempre entendiéndola como un constructo susceptible de ser medido como conjunto de rasgos estables de una persona.

Según Marina, esta visión mesurable de la personalidad nos lleva a pensar que nuestra estructura personal determina nuestros actos y nosotros somos susceptibles a ella. Es decir, somos esclavos de nuestra estructura personal refiriéndonos a “me comporto de esta manera porque yo soy así”. Marina critica vehemente esta posición y con su teoría de la personalidad propone un modelo en el que la situación cobra mayor importancia y induciendo cambios en la conducta del individuo.

De esta manera, Marina, entiende la personalidad como el modo en que una persona aplica sus recursos recibidas y aprendidas y elige a su merced el modo de resolver situaciones vitales concretas.

En el propuesto modelo de personalidad de Marina se distinguen tres etapas, que se relacionan entre sí.

La primera etapa corresponde, según Marina a la personalidad recibida, al que él denomina matriz personal. Entiende esta etapa como una estructura condicionada desde que nacemos en la que sus elementos principales son las funciones intelectuales básicas, el temperamento y el sexo.

La segunda etapa, se desarrolla a partir de las experiencias que suceden desde nuestro nacimiento. El autor la llama la personalidad aprendida, es decir, el conjunto de hábitos afectivos, cognitivos y operativos adquiridos a partir de la personalidad base, es decir, desde su nacimiento. En definitiva, es lo que configura nuestro carácter.

Por último, Marina describe la última etapa de su teoría de la personalidad entendiéndola como una persona concreta en una situación concreta se enfrenta o acepta su carácter y juega sus cartas. Es decir, la personalidad elegida, un sistema de valores, un proyecto vital. Se entiende como lo que hemos aprendido e influye en cómo nos desenvolvemos ante distintas situaciones.

...