Aroma tan delicado, como aquel beso de confianza

AROMA TAN DELICADO, COMO AQUEL BESO DE CONFIANZA

Cada mañana al despertar, te encuentras rodeado por un amor intenso, que parece que nunca fuese a desfallecer, que aguarda al pie de tu cama, derramando un aroma a violenta, tal vez en ese momento por el apuro, no te das cuenta, ni sabes valorar lo que te rodea, pero al final de todo camino, ¿quién te espera con un sencillo y tierno abrazo? Pues es aquel ser bendito, que te lo han regalado con el único objetivo, de que sea ella la persona más importante para complementar todos los días, felices y tristes de tu vida.

Querida hija, me dice diariamente. ¿Qué sería de mí, sin la ternura de mi madre, sin aquel beso cálido, que espera ser correspondido? la dama más importante para toda persona sin duda, es su madre, por estrechos lazos, que por más que pase mil años, jamás se destruirán, ella es la persona que siempre te espera, sin pedirte nada a cambio, conoce tus defectos, tus virtudes, ella por ti, daría la vida, sin dudarlo. Madre no hay dos, hay una sola, por esa y muchas e interminables razones, una madre es un espejo, cargado ya de arrugas y cansancio, pero ni aun así terminará por marcar enseñanzas imborrables en tu corazón.

Los años pasan, como si fueran gotas de agua; las horas terminan, por el simple hecho de que así se ha decidido. Una vida eterna de servicio y sacrificio por parte de una madre, jamás morirán, permanecerán en cada uno de los pasos dados, por nosotros. Todo el conocimiento que el ser humano tiene, se lo debe a alguien, y ese alguien es su madre, quien fue ese ser, que tuvo el tiempo y paciencia necesaria para enseñar, corregir, dar una mano de consuelo y ayuda, es aquel pilar que se mantuvo de pie, cuando venían las más tristes y desconsoladas tormentas, entiendes ahora, por fin, ¿quién es tu madre?

Una madre es aquel símbolo que tú llevas impregnado en tu corazón, que sin su amor, nada serias, madre como la mía y la tuya no se comparan, simplemente son únicas e irremplazables. Detengamos un instante, y pensemos, si hoy que la tienes a tu lado, no la valoras, no esperes que cuando ella ya no este, será igual. Cuando ya no la tengas a tu lado, te preguntarás por siempre, porque no la supe amar, ayudar, respetar, cuando ella me lo pedía... y así en ese momento te darás cuenta, de que una madre, está aquí por un tiempo corto, y que ahora, es el día en que des gracias y sepas comprender el gran misterio de la vida; nada vuelve, pero todo se recuerda.

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