Arte Y Poesia
Enviado por RenzoCLoayza • 3 de Junio de 2014 • 433 Palabras (2 Páginas) • 213 Visitas
" Si pudiera abrazarte con mis palabras, jamás dejaría de escribir "
El amor envejecio con esa mirada triste y corta, fue a su encuentro con la tarde, viendo desangrarse al sol en aquel mar, las estrellas quedaron en silencio y el viento se acomodó bajo el sonido de su guitarra; aquella extraña hada que dormía tras el cielo, le tendio su suave mano para poder llevarlo de regreso a su hogar, en aquel pequeño refugio en donde reposa lentamente la soledad
Eres perfecta como eres, no crezcas, yo me haré más pequeño
Te arrancaría los labios para que nadie más te tenga
Se detuvieron las miradas, el aire nos regaló un minuto de silencio, volvi a tomar tu manos con el pensamiento y expiraron las palabras que en el corazón formaban versos; cada una de las flores plasticas de tu ventana se marchitaban ante mis ojos y el cantar de aquellas aves se fue perdiendo con el tiempo, el sol de la tarde violeta no alcanzó para alquilar tu luna ni comprar estrellas, nuestros labios se conocieron detras del mundo que se guarda en sueños, el eco del camino perdido junto ambas direcciones y sentando esperé bajo la sombra, con un cigarro encendido y algunas canciones de un desconocido trovador, no existio canto que te pudo encontrar, no existio dia que te pudo olvidar, las calles giraban a mi alrededor, y en aquellas despedidas pude volverte a mirar .
" El hombre debe aprender dos cosas: a sonreir de la nada y a reir de todo "
Dos almas que se conocen en silencio atrapadas en un sueño, dos lenguas de fuego que se entienden en el calor de un solo beso, dos miradas conocidas y que envuelven un deseo, dos latidos afligidos que palpitan sin saberlo, dos manos que se extrañan y se tocan con el viento, dos palabras mudas que hacen gritos lastimeros, dos estrellas azules que han perdido ubicacion del cielo ... y tras muchos dias de que el viento conocio tu pelo, bajo nuestro árbol fue a sentarse mi sombra
Existe un instante en la vida, en que ese punto de llegada que por muchos años anteriores vimos distante, se interpone en nuestro interminable y agotado andar, para convertirse en una leve pausa, pausa en la cual los recuerdos de mañanas, tardes y noches bajo la sombra de nuestros sueños desfilan como dardos al corazón por delante de nuestra disimulada mirada. Dentro de ese instante asesino y con algunas chispas en los ojos, nuestra alma recorre cada fotografía de nuestra memoria y se poza en la orilla de la nostalgia.
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