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Aspectos relevantes del siglo XIX


Enviado por   •  3 de Agosto de 2012  •  Tutorial  •  15.289 Palabras (62 Páginas)  •  714 Visitas

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ASPECTOS RELEVANTES DEL SIGLO XIX

1.- Auge y expansión del Imperio Británico en el Siglo XIX

El Imperio británico comprendió los dominios, colonias, protectorados y otros territorios gobernados o administrados por el Reino Unido entre los siglos XVI y XX.

Durante las primeras décadas del siglo XX, el Imperio británico abarcaba una población de cerca de 458 millones de personas y unos 33.700.000 km², lo que significaba aproximadamente una cuarta parte de la población mundial y una quinta parte de las tierras emergidas.

El imperio Británico, es tal vez uno de los imperios mas influyentes del pasado, ya que su herencia cultural es el legado de las mayores potencias mundiales. Países como Estados Unidos, Canadá, y Australia son parte de la historia de este gran imperio que hasta la fecha es de los imperios europeos que más territorios y países ha abarcado.

Tal vez el imperio Británico fue el segundo imperio más grande del pasado, ya que lo precede el imperio español, en realidad, podría decir que con el imperio español iba a la par sin embargo el legado histórico, cultural, y socio político que ha dejado el imperio británico es el mayor evidenciado en la historia. Tenía, influencia en Norteamérica, una colonia suramericana, en las islas caribe tenían dominios, colonias en África, la península itálica tenia parte británica, y toda Australia.

En esencia, el Imperio Británico son territorios vinculados por su lealtad a la monarquía británica, compuesto principalmente por aquellas áreas que quedaron sometidas a la jurisdicción oficial de Inglaterra (Gran Bretaña a partir de 1707) desde finales del siglo XVI hasta el siglo XX, aunque el tipo de dominio ejercido por la metrópoli varió considerablemente a lo largo del tiempo.

El Imperio Británico no se había constituido aun cuando la reina Isabel I ascendió al trono en 1558. Las bases de este Imperio se sentaron durante su reinado, gracias al desarrollo de la Marina inglesa (Francis Drake dio la vuelta al mundo entre 1577 y 1580), el inicio de una ofensiva comercial en ultramar (la Compañía de las Indias Orientales se fundó en 1600) y la rivalidad con la Monarquía Hispánica. La colonización inglesa no se había extendido hasta el reinado de Isabel I más allá de la colonia irlandesa del Ulster: el primer asentamiento inglés en la costa norteamericana, realizado por Walter Raleigh, en 1585, en la isla de Roanoke (en el actual estado de Carolina del Norte), fue la primera experiencia colonial ultracontinental. Sólo después de que se firmara la paz con España (1604), fue posible acometer nuevas empresas.

Cuando a partir de 1739 se reanudó el periodo bélico en Europa (con la denominada guerra de la Oreja de Jenkins), Gran Bretaña se encontraba en situación de realizar conquistas territoriales a expensas de Francia, especialmente durante el gobierno del primer ministro William Pitt el Viejo. El general Jeffrey Amherst capturó las fortalezas francesas de Louisburg en 1758, abriendo así una vía de acceso al valle del San Lorenzo; al año siguiente, el general James Wolfe conquistó Quebec en una batalla en la que tanto él como el general francés marqués de Montcalm perdieron la vida. El destino de Nueva Francia estaba decidido. Las fuerzas británicas del Caribe tomaron muchas de las islas azucareras francesas.

Lo cierto es que, después de 1919, Gran Bretaña no sólo se encontraba agotada internamente, sino que su Imperio estaba disperso desde el punto de vista estratégico. Las décadas de 1920 y 1930 se caracterizaron por la búsqueda de nuevos medios para hacer funcionar al Imperio con menos gastos y disminuir el riesgo de su fragmentación. Irak y Egipto obtuvieron la independencia en 1932 y 1936, respectivamente.

Estas repercusiones no tardaron en apreciarse en el sur de Asia, donde obtuvieron la independencia India y Pakistán (1947), Ceilán (1948) y Birmania (1948), y sólo esta última permaneció en la Commonwealth. Gran Bretaña renunció a su mandato sobre Palestina en 1948. En África sólo se previeron pequeñas concesiones con respecto al autogobierno, pero las rebeliones de Accra (febrero de 1948) inauguraron una transición relativamente rápida en la Costa de Oro (más tarde Ghana), que en 1957 pasó a ser la primera colonia británica al sur del Sahara que obtuvo la independencia (en el norte, Sudán había conseguido la independencia en 1956). La presencia de colonos blancos en el África central y oriental ocasionó situaciones más complejas y conflictivas en ocasiones (éste fue el caso de la rebelión Mau-mau en Kenia después de 1952).

Sin embargo, el gobierno conservador de Harold Macmillan reconoció ciertos aires de cambio en África después de 1959, que culminaron con la independencia de Nigeria (1960), Sierra Leona (1961), Tanzania (antigua Tanganica, 1961), Uganda (1962), Kenia (1963), Zambia (antigua Rhodesia del Norte, 1964), Malawi (1964), Gambia (1965), Botsuana (antigua Bechuanalandia, 1966) y Suazilandia (1968). Tanto éstas como otras transferencias de poder se realizaron de forma pacífica, a excepción de Rhodesia, donde la rebelión iniciada por la población blanca provocó dos años de guerra de guerrillas antes de que se constituyera legalmente Zimbabue en 1980. No se produjeron conflictos de este tipo en las Indias Occidentales, aunque la disolución de la Federación de las Indias Occidentales, que había sido fundada en 1958, supuso la consecución de la independencia para varias islas que carecían de viabilidad como unidades independientes: Jamaica y Trinidad se independizaron en 1962, y las demás islas siguieron su camino posteriormente.

A lo largo de todo este proceso, los gobiernos británicos no opusieron resistencia a la descolonización, a condición de que fuera posible transferir el poder a regímenes amistosos. Cuando el prestigio británico se vio dañado, como en el caso de la guerra de las Malvinas (1982), la respuesta fue agresiva. El desarrollo de una Commonwealth multirracial, igualitaria, de escasa utilidad aunque con afán de cooperación transcurrió paralelo al final del Imperio Británico.

2.- La Guerra de Secesión: Causas. Consecuencias

Se conoce con el nombre de “Guerra de Secesión” a la guerra civil librada en Estados Unidos entre el norte industrial y democrático y el sur agrario y esclavista. También podría calificarse como el enfrentamiento entre una economía industrial que a través de las aduanas establecía políticas proteccionistas y una economía rural productora de materias primas que compraba Europa y, particularmente, Inglaterra.

Hechas estas consideraciones generales, conviene advertir que en historia siempre es posible establecer

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