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Bailarle a los zompopos, aconseja la tradición en Nicaragua


Enviado por   •  11 de Noviembre de 2013  •  Tutorial  •  1.373 Palabras (6 Páginas)  •  378 Visitas

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Bailarle a los zompopos, aconseja la tradición en Nicaragua

***Especialistas concuerdan en que el origen de esa danza en Nicaragua está emparentado con la tradición cultural de Alcalá de Henares, España

***El baile de El Zompopo data de la época de los españoles cuando encuentran a los aborígenes haciendo todos sus rituales en sus sitios sagrados, ellos quisieron conquistarlos usando métodos para atraerlos, hacían festividades

***Estas tradiciones suelen apreciarse cada noviembre, cuando comienzan las fiestas patronales en Ometepe

Una práctica cultural de los habitantes de la Isla de Ometepe

Por Isabel Soto Mayedo*

Managua, (PL)-Tambor y danzas aconseja la tradición popular en la isla nicaragüense de Ometepe contra las plagas de zompopos u hormigas cabezonas que pululan por ese territorio y otros en este país centroamericano.

Según la leyenda, la práctica comenzó una vez que esa ínsula fue invadida por esos insectos parecidos a las marabuntas, que en apenas una noche pueden deshojar a un árbol o acabar con un huerto de hortalizas, llevárselo todo, y escapar sin mayores problemas.

Frente a la avalancha de zompopos, cuyas colonias pueden exceder el millón de ejemplares, los devotos de San Diego de Alcalá, en el municipio de Altagracia, decidieron sacar al santo en procesión y bailarle a su alrededor con una ramita en la mano, pidiéndole que los ayudara.

Asegura la mitología popular que la plaga terminó con ese rito y entonces comenzaron el fervor religioso por la deidad y la danza masiva dedicada a ella.

Ahora cada vez son más lo que acuden a esos festejos, que suelen llegar acompañados de caballitos, avioncitos, corridas de toros callejeras, juegos competitivos y gran cantidad de puestos de venta de fritangas, cervezas, chichas de maíz y otras delicias para el paladar.

La escena se repiten cada año en el mes de noviembre: parte de la muchedumbre que llega desde regiones distantes a la isla de Ometepe, y en particular a su centro urbano Altagracia, acompañan al santo por las calles en las noches con una rama verde de cualquier clase y tamaño.

Resulta todo un espectáculo ver moverse ese mar de hojas de árboles o arbustos pequeños al compás de la música, que incita a bailar sin cesar a quienes las portan y agitan de arriba abajo, como quien esgrime un arma letal contra una imaginada plaga de zompopos.

ORÍGENES BAILE DEL ZOMPOPO

Especialistas concuerdan en que el origen de esa danza en Nicaragua está emparentado con la tradición cultural de Alcalá de Henares, España, donde es venerado el santo que destacó en vida por proteger y rogar por las personas pobres, así como por hacer milagros.

El más apreciado de los beneficios presuntamente otorgados por San Diego de Alcalá fue la protección de las cosechas, que en ese territorio español quedaron destruidas una vez ante una invasión de esas hormigas.

Para el investigador Hamilton Silva, los frailes franciscanos fueron los que trajeron esa imagen católica hasta la isla de Ometepe, a la cual los indígenas terminaron bailándole como hacían con sus dioses originales.

La diferencia es que los primeros pobladores de estas tierras tenían un buen número de ídolos a los que adoraban al ritmo de los atabales -grupo conformado por dos tambores bombos, seis medianos y cuatro pequeños-, a los cuales también les ofrecían muchas veces sacrificios humanos, acota.

A juicio del autor de Ometepe su historia, mitos y leyendas, esta fiesta de Altagracia es una de las más grandiosas en este país centroamericano, porque refleja la identidad, las raíces y tradiciones de este pueblo, que aún conserva muchos rasgos indígenas. Evidencias históricas halladas en la parroquia de esa ciudad demuestran que al llegar los españoles, los nativos conservaban sus tradiciones y hacían rituales a sus dioses, al son de tambores alrededor del ídolo o del dios presente.

"El baile de El Zompopo data de esa época, cuando los españoles hallan a nuestros aborígenes haciendo todos sus rituales en sus sitios sagrados, ellos quisieron conquistarlos usando métodos para atraerlos, hacían festividades, daban comidas y cerca llevaban a San Diego de Alcalá", afirma el historiador.

Así es como entró el cambio, la transición de la danza indígena destinada

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