Bienestar En La Vida Laboral

Bienestar en la vida laboral: el mejor retorno a la inversión

En nuestro día a día laboral, existen factores de riesgo a los que estamos expuestos constantemente, tales como las malas posturas en el puesto de trabajo, los accidentes en la oficina, la mala iluminación y sobre todo, el estrés.

Sin embargo, una empresa preocupada por el bienestar de sus empleados cuenta con unas condiciones mínimas de protección establecidas por la ley que contribuyen a mejorar la productividad de la compañía. Pero, ¿cómo ir más allá y reportar verdaderos beneficios a los empleados? Invertir en bienestar es la respuesta.

La salud ocupacional involucra dos factores importantes que la soportan en su desarrollo: uno, el de la legislación de cada país y dos, los programas que diseñan las empresas para el bienestar de sus empleados.

Cada Estado genera leyes, normas y reglamentos en materia de salud ocupacional, que establecen el marco de referencia según el cual la empresa privada debe proceder.

Y superando lo ya establecido, existen empresas que además de cumplir con todas las leyes y reglamentos aplicables, principalmente en materia de protección del personal, son innovadoras y desarrollan programas y políticas propias con el fin de brindar un mayor beneficio a sus empleados desde la gestión de recursos humanos.

Cuando tenemos estados físicos, síquicos y emocionales adecuados, somos normalmente más felices, más sanos, más creativos y en consecuencia, más productivos.

Lo mismo aplica al bienestar: si invertimos en programas de salud y prevención, estaremos invirtiendo en productividad. Trabajar en implementar una cultura de bienestar en su compañía es invertir en su rentabilidad; por tal razón, mejorar lo ya establecido es un compromiso serio que goza de un retorno invaluable. El cómo hacerlo exige compromiso, creatividad, innovación y credibilidad de la fuerza laboral.

Así es que, si las cifras de la Organización Panamericana de la Salud indican que la tendencia en América Latina es que en la población aumenta el consumo del tabaco, ¿por qué no impulsar programas de educación a sus empleados y familias, y desarrollar programas de infraestructura para convertir nuestras oficinas en espacios libres de tabaco?; si existen altos riesgos de obesidad, ¿por qué no desarrollar un programa que incentive a los ciudadanos a caminar más cada día, hacer ejercicio y llevar un estilo de vida saludable? Trabajemos en incentivar la calidad de vida de los empleados y crear conciencia de la importancia de la salud en su vida laboral; no los limitemos a jugar fútbol y hacer aeróbicos cada domingo, cuando en la empresa pueden realizarse campeonatos que además, incentivan la colaboración, alegría y motivación de la comunidad laboral.

A través de la empresa privada construyamos una conciencia social de bienestar y felicidad laboral. Incorporemos en nuestra gestión de

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