Bodas De Diamante C.E.P Santa Rosa De Barranco

“Paz y Bien”

“PAZ Y BIEN”, este pequeño saludo franciscano, nos remonta a cada uno de los momentos que hemos vivido en esta nuestra institución educativa y aun resuena con mucha más fuerza en este año ya que nuestro querido colegio cumple 75 años de alegrías, sacrificio, esfuerzo, y muchas cosas más, sin duda mis palabras no expresarían tantos acontecimientos que han sucedido luego de este largo camino, pero sin embargo lo que sí puedo expresar es esta alegría, este gozo de poder presenciar ante mis ojos como sucede este gran acontecimiento en el que mi colegio “Santa Rosa” cumple sus bodas de diamante y nos sentimos honradas de poder ser parte de este hogar que siempre ha procurado lo mejor para nosotras, brindándonos siempre la mejor educación posible, pero no solo en el ámbito académico sino lo más importantes queriendo que nosotras seamos unas mujeres de bien para la sociedad, para este nuestro querido Perú, para el mundo, así suene esto muy utópico la más grande meta que desean cada uno de nuestros profesores y todos aquellos que de una u otra forma nos orientan para que más adelante podamos ser “alguien” en la vida, y este ha sido siempre el objetivo desde que se fundó este maravilloso colegio, gracias al esfuerzo de las hermanas franciscanas misioneras de María que con mucho ahínco forjaron esta institución que desde un principio estuvo fundamentado en firmes valores cristianos y estuvo dirigido a toda aquella joven que tenga la ambición y el deseo de tener una buena formación académica fundamentada en tres valores esenciales la fraternidad, la responsabilidad y el respeto, que se ha evidenciado en estos setenta y cinco años, que sin dudarlo serán muchísimos años más formando mujeres comprometidas y constructoras de Paz y de Bien; formando líderes de un mundo mejor, que tengan una preocupación por crear un mundo más justo y solidario para todos, como bien lo dice el himno de nuestro querido colegio cuando, tus enseñanzas nos toque practicar, nos quiere decir que todo lo que aprendemos ahora no es en vano sino que todo tiene un propósito y que nosotras como santarrosinas de corazón seamos reconocidas por nuestros valores, por nuestro actuar de bien y seremos recordadas con el pasar del tiempo si practicamos lo bueno que nos regala cada día este hogar, porque así lo siento como realmente un segundo hogar, porque cuando nos toque abandonar sus aulas recordaremos con cariño cada instante compartido en este lugar, y que si hace 75 años las hermanas franciscanas misioneras de María no hubieran decidido crear un colegio que este hecho para la urgencia y necesidad de desarrollo que nuestra sociedad reclama, nada de esto hubiera sucedido y quizás nunca hubiéramos conocido la importancia de sentirnos parte de realmente un hogar, en el que ya no llamo amigas sino hermanas a cada una de las que me permitió conocer este precioso colegio, y que debo apreciar aún más el esfuerzo

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