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Boletin Informativo.


Enviado por   •  1 de Julio de 2016  •  Apuntes  •  676 Palabras (3 Páginas)  •  165 Visitas

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EDITORIAL

Estamos a días de finalizar un proceso electoral democrático en nuestro país. Creo yo es conveniente hacer una reflexión sobre el rol de la Iglesia en la democracia. Se entiende por política el gobierno de la polis (ciudad). En un sistema democrático todos los ciudadanos (independientemente de credo o filiación política) tienen derecho a expresar su opinión y hacerla manifiesta en el voto. Muchas veces hemos aceptado como premisa que la Iglesia debe callarse en el proceso electoral. Pero yo me pregunto, si la Iglesia calla, ¿quién gritará en nombre de los pobres y de los que no tienen voz? Si la Iglesia calla, ¿quién le recordará al hombre los principios básicos de la humanidad y de la convivencia pacífica entre los ciudadanos?

La Iglesia, en este proceso electoral, se convierte en la voz profética que ilumina a la sociedad peruana: le recuerda al ciudadano que debe preocuparse por el bien común de la nación más que por el bien personal; le recuerda al ciudadano el deber de ayudar al más necesitado; le recuerda al hombre que debe cuidar la casa común; le recuerda al sistema gubernamental que debe defender a la familia (célula básica de la sociedad y del estado); se convierte en la voz de los sin voz y en la familia de los que ya la perdieron. Es deber de la Iglesia, además, denunciar proféticamente los abusos de poder y las injusticias. Me viene al corazón el ejemplo del Beato Óscar Romero: defensor del pobre sin voz y promotor de la paz y de la reconciliación nacional. ¿La Iglesia hace política? Si. La del Evangelio.

Que al finalizar el proceso electoral, tú y yo podamos optar por lo mismo: por lo que conviene verdaderamente a toda la nación y beneficiará a todos los ciudadanos. Que Dios los bendiga.


CONTENIDO

Mes de Junio, mes del Sagrado Corazón de Jesús. ¡Cuántas veces hemos escuchado esta frase! La devoción al Corazón de Jesús vuelve nuestra mirada al Corazón de carne de Jesucristo: de carne, que ama y que sangra.

De carne: recuerda que es verdadero Dios y verdadero hombre. Y, siendo hombre, sabe de dolor y de sufrimiento, como tú y como yo. Sabe lo que es la tristeza y la soledad. Nada de esto le es ajeno. ¿No crees que te podrá comprender mejor nadie?

Que ama: es la expresión más profunda de la medida sin medida del amor divino. Es la imagen más elocuente del ser de Dios: amar totalmente y en cruz. Sin reparar en consecuencias y sin miedos.

Que sangra: porque el que ama lo hace dando lo más íntimo que tiene. Y es lo que nos da Jesús: la sangre que brota de Su Corazón.

Esta devoción nos desafía: desafía nuestra inteligencia porque no podemos entender un amor así, tan grande y tan "desmedido"; desafía nuestra vida, porque nos obliga a examinar nuestra manera y capacidad de amar; y, finalmente, desafía nuestra fe: ¿cómo pagaremos la deuda adquirida con Él? Esto nos remite a enfrentar la gran pregunta que hace san Ignacio de Loyola en los Ejercicios Espirituales: ¿Cuánto ha hecho Cristo por ti? ¿Cuánto haces por Cristo? ¿Cuánto te falta hacer por Cristo?

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