CAPERUCITA ROJA
Enviado por vercla1359 • 13 de Agosto de 2013 • 2.972 Palabras (12 Páginas) • 278 Visitas
La otra historia de Caperucita Roja
Autor: José Luis Marqués
Escena I
Narrador: (Dirigiéndose al público): -Seguro que todos vosotros conocen el famoso cuento de Caperucita Roja ¿Verdad? ...Y seguro que les dio pena la pobre Caperucita, devorada por el lobo y su pobre abuelita, indefensa, ¿qué pena verdad? (Hace una larga pausa mientras pasea por el escenario) Pues, los han engañado, si, así como lo oyen, los han engañado soberanamente, y... a mí también (llora)... y a sus padres... y a sus abuelos, y a sus maestros y…. a todo el mundo. ¡Nos han estafado!
Realmente no sucedió así, quiero decir… como nos lo han contado. Sí es verdad que hubo una caperucita, aunque no sabemos con certeza, si era roja, azul o tal vez morada y si su nombre era ese o se llamaba Clotilde o Faustina, ¡Vaya usted a saber!...; también existió su madre como es natural y su abuela, (aunque esto, no lo sé con seguridad), pero sí sé que había cazadores, muuuchos cazadores.
Porque vamos a ver, no seamos ingenuos… ¿ustedes creen sinceramente que la abuela de Caperucita podía vivir sola en medio de un bosque y encima estando enferma?, ¿O que a una buena madre se le ocurre mandar a su hijita pequeñita cruzar el bosque por donde merodea un terrorífico lobo? (Imitando los andares y la voz del lobo)… ¡Qué madre más cruel sería esa! ¿No?, y encima con comida para que el lobo pueda olerla.
Y lo más gracioso de todo: La niña se pone a vacilar con el lobo sobre la boca descomunal que éste tiene… ¡por eso se la comió! ¡¿A quién se le ocurre?!
Y cuando los cazadores mataron al lobo y le cortaron la panzaa, sacando a la Caperucita y su abuelita , tan campantes… ¡Como si nada hubiera pasado! , sin un sólo rasguño. ¡Vamos¡ a otro perro con ese hueso, vamos que eso no se lo cree nadie.
Lo que realmente pasó es que... pero mejor será que lo veamos y así saldremos de dudas.
(El Narrador se va por el fondo del escenario mientras éste se oscurece y se oye un aullido lastimoso del lobo, que más bien parece el de un perro callejero)
Lobo: _ ¡Qué lobezna vida la mía , sin una pezuña de oveja que llevarme a la boca, a este paso me voy a hacer vegetariano .
(Se oyen disparos de escopeta en la lejanía)
Lobo. _ Y encima teniéndome que esconder de esos pesados, que se pasan la vida persiguiéndome con sus escopetas, menos mal que son tan malos que no acertarían a un elefante a dos metros de distancia.
Caperucita:_ ¿Dónde estás lobito? Lobito ¿dónde estás? Asoma tu hociquito que quiero darte un besito, anda Lobito.
Lobo._ No la soporto a ésta, sí que no la soporto ¿Qué le habré hecho yo, madre mía? Me persigue por todo el bosque y ya no hay madriguera, ni cueva en que me pueda ocultar. La última vez me rompió tres muelas y un colmillo, así como suena. Me regaló un suculento bife de ternera, pero lo rellenó de piedritas del río y casi me deja sin dentadura la muy malvada.
Caperucita._ Lobito, ¿dónde estás? Esta vez te traigo un apetitoso pastel (dirigiéndose al público y sonriendo malévolamente: relleno de frutillas) que te hará chuparte los dedos, mejor dicho las pezuñitas. ¡Toma lobito, lobito bonito¡
Lobo._ Va a salir tu papá, digo tu mamá, porque lo que soy yo, de aquí no me mueve ni la policía. Si me descubre soy lobo muerto, ¡qué niñita!: la llaman el Doctor Jeckyl y Mr Hyde, porque tiene cara de ángel pero es un diablillo.
Caperucita._ ¡Anda Lobito! ¡Ten piedad de una pobre e indefensa niña que tiene que cruzar el bosque para ir a casa de su abuelita que está enferma y solita!
Lobo.- ¿Enferma dices? Pero si todos los domingos se va a bailar al hogar del jubilado y no se pierde ni una excursión. Y ¿pobre? La mitad de los terrenos del bosque son suyos y tiene una supercasa... que ya quisiera tener yo, con un terreno de 2000 metros cuadrados ¡Pobre dice!, si será mentirosa...
Caperucita._ Lobito, me han dicho que eres muy veloz..., pero yo soy más .
Lobo.- ¡Encima provocando, la niña!
Caperucita.- ... Corramos una carrera hasta casa de mi abuelita, y quien llegue el primero , tendrá derecho a comerse la merienda que me ha preparado mi abuela y a darse un chapuzón en la piscina olímpica…¿Qué te parece la proposición ?
Lobo._ Es capaz de ahogarme en la piscina, ¡no! ¡de aquí no me muevo!
Caperucita.- ¡Pero qué cosa! ya me estoy cansando ¿Quieres salir de una vez? Que para eso te paga mi abuelita, para que salgas en el cuento y me dejes ganar. A este paso este mes no vas a cobrar ni un peso, aunque reclames al Sindicato de Lobos.
Lobo._ No si al final me va a hacer salir la mocosa ésta. Como está el trabajo en la actualidad, no cualquiera se puede negar.
(El lobo interpreta su papel de lobo feroz enseñando sus garras y sus colmillos, pero Caperucita se lo cierra de un bofetón)
Caperucita._ Cierra esa bocaza, que ya no asustas a nadie. Ven y elige el camino que prefieres para llegar al chalet, el de la derecha o el de la izquierda, sí, tú el de la izquierda, yo el de la derecha..
Lobo._ ¡Pero señorita si el de la izquierda está cortado y además está lleno de zarzas y de cactus, por ahí es muy difícil pasar y además no me ha dejado elegir .
Caperucita.- (Le da otro bofetón) Pues pasas, que para eso eres el lobo y yo una señorita, pero bueno... ¿Tú qué te has creído? Tú irás por la izquierda y además deberás contar hasta cien antes de empezar a caminar.
Lobo.- Pero Caperucita, si yo no sé contar, nunca he ido a la escuela.
Caperucita._ (Dándole otro bofetón) Yo decía que eras un ignorante, ignorante, más que ignorante, no sé ni cómo me relaciono contigo, pues así vas a aprender, ¡comienza! y sin saltarte ningún número.
Lobo.- (Con voz melodramática y mirando el bocata con ansiedad) ¿No podrías al menos darme un mendrugo de pan de ese bocado que te estás comiendo, aunque sea para hacer boca.
Caperucita._ (Con repugnancia) ¿Un trozo de mi bocadillo de Jamón? ¿Mezclar yo, un trozo de mi bocadillo con tus babas de lobo callejero? ¡Ni hablar! ¡Gánatelo con el sudor de tu frente! Lobo pedigüeño. ¡Empieza a contar, y sin saltarte ni un número (Le da el último bofetón y desaparece de la escena )
Lobo.- ¡Será desagradecida! Ojalá tropiece con todas las raíces y piedras del campo. Si no fuera porque uno se tiene que ganar la comida, que corriera una carrera con ella su madre, su abuela y todos los cazadores de este cuento. ¡Un lobo como yo, de buena estirpe y mejor pedigrí y tener que llevar esta vida de perro.
(El lobo está un rato haciendo que cuenta sobre un árbol , mientras Caperucita desaparece por el caminito de la derecha
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