CARTA A GARCIA

Mientras leía, el texto en mi mente pasaban aquellos acontecimientos que he presenciado durante mi poca vida laboral y me cuestiono, como aun en pleno siglo XXI, los trabajadores “titulados”, deben esperar que las personas que reciben sus servicios les exijan, los vigilen y denuncien, para recibir un poco de ese profesionalismo y de esos conocimientos que adquirieron en su proceso de educación.

Qué triste se me hace encontrar personas con poca disposición para hacer y lo que es peor aquellas personas que no permiten que otra persona cree, exponga y ejecute sus ideas; lamentablemente esta sociedad se encuentra compuesta por un 80% de personas que solo se acuden a su trabajo para recibir mensualmente un salario.

Desde mi punto de vista me siento identificada con Rowan, por las cosas que logrado cambiar y los corazones que logrado tocar, ya que lo más importante de mi trabajo es poder llegar a los corazones de cada familia, de cada niño y de cada educador, brindando a cada uno de ellos esas herramientas y estrategias para que ocurra un cambio significativo en el desempeño de cada uno de ellos, sin embargo durante el camino encontramos tropiezos que le hacen pensar a uno que ese entusiasmo, esa energía y esas ganas de que todo sea mejor es solo una pérdida de tiempo, dejándonos contaminar por la pereza, la mala gana.

Hoy con esta lectura me siento muy feliz ya que logrado cosas que nadie había soñado, pueda que para alguien parezca insignificante porque son pequeñas, pero puedo decir con certeza que he cumplido con mi deber, que he puesto lo mejor de mí para atender esas personitas que diariamente acuden a mi servicio, que he dado todos mis conocimientos y mi dedicación a mi trabajo, sin importar el tiempo y los esfuerzos.

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