CARTA DE UN DROGATICTO
Enviado por 9969 • 24 de Noviembre de 2012 • 370 Palabras (2 Páginas) • 479 Visitas
Carta de un drogadicto
Señores lectores
Podría empezar esta carta diciendo que cometí un error que no fue mi culpa, podría empezar esta carta diciendo que fue culpa de las malas influencias que se juntaron a mí alrededor y me llevaron por el mal camino, pero no el error fue mío. Cuando me la ofrecieron por primera vez perfectamente podría haberme negado pero yo acepte y nadie me puso un arma en la cabeza y me obligo, creí que así seria mas hombre pero todo lo contrario, simplemente demostré ser mas cobarde
Dije “si mis amigos la consumen y les gusta por qué a mí no” y así empecé un día un poco, otro día otro poco, cada vez más y más.
Hasta que llegue al punto de necesitarla.
De creerla elemental para mi vida.
Cada vez gastaba más y más dinero y cuando no tenia comencé a vender mis cosas que considere innecesarias, mi ropa, mi televisor, mi computadora.
Cada vez tenia menos y menos peor yo estaba tan cegado por mi adicción que no lo notaba, mis padres habían intentado ayudarme cientos de veces pero fue todo inútil, yo no veía la verdad, no veía el animal en el que me había convertido, cuando ya no tenia nada que pudiera vender, comencé a sacar las cosas de mi casa, eso genero una discusión con mi padre, una discusión violenta que acabo con echarme de mi casa, solo en la calle fui a la casa de aquellos que consideraba mis “amigos” quienes me negaron asilo.
Fue cuando me di cuenta lo que era, decidí hacer algo, fui al trabajo de mi padre y hable con el pidiendo para ir a una clínica de recuperación y así fue, ahora me estabilice y aleje a aquellos “amigos” de mi vida.
Esta etapa lamentable de mi vida me dejo 2 grandes lecciones, la primera conocidos hay muchos, peor amigos uno o dos y la segunda no importa lo que te ocurra o que tan perdido estés, siempre hay una solución solo es cuestión que te dejes ayudar, me despido y gracias por leer esta carta, espero que les ayude en algo en sus vidas y sea una lección que siempre recuerden que nunca están solos, adiós y gracias mis queridos lectores
Chau
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