CAUSAS Y CONSECUENCIAS DE LA NUEVA REFORMA TRIBUTARIA PROPUESTA PARA EL 2016

CAUSAS Y CONSECUENCIAS DE LA NUEVA REFORMA TRIBUTARIA PROPUESTA PARA EL 2016

RESUMEN DE LA PROPUESTA:

A través de esta investigación se busca analizar las causas fundamentales para la implementación de una nueva reforma tributaria en Colombia para el periodo presidencial 2014-2018 teniendo en cuenta los antecedentes de reformas tributarias del periodo 1970-1990 y a partir de ello realizar previsiones de lo que se espera que impacte en algunos de los ámbitos de la sociedad colombiana (Económico, social). Se manejarán ejes de análisis como: los impactos de los precios de industrias extractivas, el Plan Nacional de Desarrollo para dicho periodo presidencial, el déficit de la cuenta corriente, los desbalances presentados a causa de desviación ilegal de dineros en las altas esferas del poder, indicadores de pobreza, salario mínimo, formalidad e informalidad laboral, y papel de los medios de comunicación.

Este texto se expone en cuatro partes: en primer lugar, se hablará de las causas para que se implemente una reforma tributaria por desfalcos y déficit. En segunda medida, se constituye la consecuencia a partir de implementar una reforma tributaria en este caso la pobreza en la sociedad colombiana. En tercer lugar, se analizará como los diferentes medios de comunicación manejan la información acerca de temas que al campo político y económico de Colombia respecta. Por último, se muestra a modo de conclusión, los puntos más relevantes que se evidenciaron al culminar la investigación.

INTRODUCCIÓN:

La economía global sufrió a finales del 2007 una de las más acentuadas crisis económicas generalizadas de las últimas décadas, que produjo un fenómeno de recesión en gran número de países y una desaceleración fluctuante en decenas de otros, pues tuvo inicios en el sistema financiero de los Estados Unidos, del cual dependen gran número de naciones.

En términos generales, la recuperación de la mayoría de los países de la crisis económica generalizada del 2008 -caracterizada por ser la explosión de la burbuja inmobiliaria- ha sido lenta y difícil pero aun así está dada en términos positivos partiendo desde el año 2011. Lo anterior implicó a lo largo de varios años un lento pero constante crecimiento de las economías globales como lo son la China, las del Sudeste Asiático, americana (norte y latina) y los países de la Unión Europea. Esa recuperación implicó un periodo de bonanza para las naciones latinoamericanas, que, caracterizadas por la exportación de materias primas, se vieron beneficiadas por el aumento del consumo de las mismas en las principales potencias, que para el caso de ALAC (América Latina y el caribe) está más que todo contextualizada en China, Japón y el Sudeste Asiático, Estados Unidos y los grandes de la UE (Unión Europea) Francia y Alemania.

Colombia no fue un país ajeno a esta situación, para el caso colombiano, con el direccionamiento de los últimos 3 periodos presidenciales, el país centró sus mayores esfuerzos en el campo minero-energético donde predominó el método de la extracción de recursos. La bonanza para Colombia llegó de la mano con el petróleo y minerales extraídos, que demandaban en grandes cantidades las industrias de los principales socios de la nación, que a grandes rasgos son Estados Unidos y China. A pesar de que la economía del país presentó un crecimiento constante durante estos años, existió también la particularidad de que no hubo la suficiente responsabilidad financiera para generar un ahorro fuerte, sumado a otras problemáticas internas, como la situación de conflicto armado, que suponen un gasto significativo de capital y que se transformarían en un factor de riesgo si los ingresos de la nación decayeran en un momento dado. Para finales del año 2014 el comportamiento al alza de las principales exportaciones de Colombia empezó a dar un revés, dando ya los primeros vestigios de un posible impacto considerable en las finanzas de la nación. Resulta que esta situación empezó a instaurarse debido a un panorama oscuro en términos de la economía global. En el informe sobre Perspectivas de la Economía Mundial de octubre de 2014 el (Fondo Monetario Internacional. 2014.) afirmó que los países “tienen ante sí un futuro con nubarrones. Las tasas de crecimiento potencial se están revisando a la baja, y hoy en día este deterioro de las perspectivas está a su vez repercutiendo en la confianza, la demanda y el crecimiento” (P. 13). Haciendo una revisión del panorama mundial de ese entonces, la revista Semana identificó cuatro grandes factores que mantenían a las grandes economías en situación de pánico. En primer lugar, las últimas semanas de octubre de 2014 se caracterizaron por ser las más difíciles para las grandes bolsas de valores del mundo, especialmente las europeas, donde ya se pensaba de nuevo en una recesión general de la región como la ocurrida en 2008. En segundo lugar, el petróleo ya mostraba una caída en picada luego de estar a 100 dólares al inicio del 2014 “Los precios del petróleo han tocado su precio más bajo en 5 años y medio, llegando el Brent a 56,80 USD, su nivel más bajo desde el 15 de mayo de 2009, y el WTI a 52,75 USD, su precio más bajo desde el 1 de mayo de 2009.” (Petroleo, 2015) En tercer lugar, la mayoría de las divisas mundiales presentaba una devaluación respecto al Dólar y, en cuarto lugar, las crecientes amenazas de las guerras en oriente medio, en las fronteras de Rusia y el miedo creado por la expansión y amenaza del virus del Ébola. (Semana, 2014) Al encontrarse en dicha situación la economía global, inminentemente presentaría un desaceleramiento general, en el cual los sectores productivos y financieros de las potencias se verían involucrados, afectando directamente el crecimiento de los países dependientes de las mismas. Colombia se vio afectada entonces por una considerable disminución en sus exportaciones y sumado a ello a una depreciación de su moneda además de la pérdida de liquidez en su economía por cuenta de la caída en picada de los precios de su principal exportación; el petróleo, las cuales según el último reporte sobre balanza comercial del DANE para octubre de 2015 tuvieron una disminución cercana al 40% (estadistica, 2014).

Ahora bien, tengamos en cuenta que además de la situación anteriormente descrita, la realidad del país se presenta en un escenario de inminente posconflicto y de constantes casos de corrupción que desangran las bases monetarias del país (de los cuales se dará evidencia a la  relación y consecuencias entre los desfalcos más importantes en los últimos 10 años desde el 2005 al 2015) y las cuales representan grandes pérdidas de capital y esfuerzos por parte del Estado para cubrir dichas pérdidas, que supone un reto para las finanzas de la nación. Con todo esto, se hace necesario que el gobierno de turno opte por soluciones de diferente índole para dar un alivio a las finanzas y de este modo, poder dar desarrollo a su plan de gobierno, cuyos caminos se establecen en el Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018. Una de dichas soluciones se da por la vía de una Reforma a las leyes de tributación del país, que son las que generan los mayores ingresos de una nación. El Banco de La República de Colombia lo explica de la siguiente manera “Al hablar de tributación, se hace referencia a los impuestos que las personas, empresas u organizaciones deben pagar al Estado por distintos aspectos. Por ejemplo: tener una propiedad, utilizar un servicio o comprar un producto, llevar a cabo una actividad, etc. Estos pagos constituyen la mayoría de los ingresos del Estado; con éstos, éste realiza inversión social y de infraestructura, paga sus gastos administrativos, etc. En los diferentes países existe una estructura de impuestos, la cual determina quién o quiénes deben o no pagar impuestos, así como el motivo de ello, la cantidad que deben pagar, etc. Sin embargo, dependiendo de las políticas de los gobiernos y del desempeño de su economía, esta estructura se debe modificar. A esta modificación se le denomina |reforma tributaria” (República, 2015).

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