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CELESTE Y EL PERRO MÁGICO.


Enviado por   •  27 de Octubre de 2016  •  Trabajo  •  1.314 Palabras (6 Páginas)  •  265 Visitas

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CELESTE Y EL PERRO MÁGICO

Hace 50 años, en una bonita aldea llamada  Maravilla, situada en lo alto de la montaña y rodeada de verdes praderas llenas de flores, vivían sus cien habitantes felizmente. Todos se conocían,  se llevaban bien, se ayudaban mutuamente y  los niños jugaban todos juntos y compartían sus juguetes.  

Un día, la paz y tranquilidad de la aldea se vio afectada  por la llegada de una nueva familia, la familia Sol.  Esta familia  tenía dos hijos y una hija,  Alberto de 5 años, Juan de 10 años y Celeste de 7 años.  Alberto y Juan eran  niños muy buenos y obedientes, pero Celeste era una niña desobediente, rebelde, que se portaba mal, molestaba a sus hermanos y  vecinos y  normalmente  pegaba e insultaba al resto de niños de la aldea, por lo que su comportamiento no era nada bueno.

Los habitantes de la aldea Maravilla estaban disgustados con Celeste, porque había roto esa paz y tranquilidad que se respiraba en la aldea antes de que llegara ella y por mucho que hablaran con ella no conseguían que se portara mejor, de forma que  todos los habitantes de la aldea Maravilla se reunieron una noche bajo las estrellas y tras pasar una estrella fugaz, todos juntos pidieron un deseo: “Estrellita fugaz haz que a la aldea vuelva la paz”.[pic 1]

Al día siguiente, como respuesta al deseo de los habitantes, mientras  Celeste hacía enfadar a sus amigos y vecinos, apareció Puppy, un perro mágico de color blanco muy brillante y de pelo largo, que se dedicó a seguir a Celeste para ver como se comportaba.  Puppy  vio que Celeste se portaba muy mal durante todo el día y que no agradecía la compañía ni de su familia ni de sus vecinos, así que Puppy, el perro mágico, decidió que tenía que hacer algo para solucionar esa situación que sufría toda la aldea Maravilla.

Cuando Celeste se fue a dormir, Puppy, con sus tres “súper ladridos mágicos”, hizo desaparecer a todos los habitantes de la aldea Maravilla, menos a ella. Por la mañana, cuando Celeste se despertó,  se dio cuenta que no había nadie en la aldea  y se puso muy contenta.  Pensó que nadie podía regañarla y  que podía hacer todo lo que quisiera, de modo que  se dedicó a comer todas las chucherías que quiso, se acostaba muy tarde y  se pasaba todo el día jugando en la calle sin hacer nada de provecho.

Al segundo día de estar sola se dio cuenta que no tener a nadie cerca era muy aburrido,  porque  no podía hablar ni jugar con nadie.

Ese mismo día, al atardecer,  mientras Celeste  paseaba y recogía flores por el campo,  empezó a pensar en por qué habían desaparecido todos los  habitantes de Maravilla, cuando de repente, a lo lejos, vio a un perro grande, blanco y muy bonito que se acercaba hacia a ella, era Puppy. Celeste se puso muy contenta al ver a un perro, ya que los animales de la aldea también habían desaparecido, y al encontrarse Celeste  le dijo al perro:

-¡Hola perrito!

-¡Hola!- contestó el perro.

-¡Puedes hablar! – dijo Celeste sorprendida- ¿Cómo te llamas?- añadió.

-Puppy ¿Y tú?- contestó el perro.

- Celeste - dijo ella - ¿Puppy tú también te has quedado solo como yo? - añadió.

-No, mi familia está en la cueva, yo vengo aquí todas las tardes a pasear - contestó Puppy - ¿Y tú por qué estás tan sola? - añadió

-No lo se, un día me desperté y no había nadie, todos habían desaparecido – contestó Celeste.

- Pero… ¿tú has hecho algo para que te dejen aquí  sola? - preguntó Puppy.

La niña no contestó y siguió caminando.

La pregunta de Puppy le hizo pensar en cómo se había comportado con los habitantes de la aldea Maravilla y con su familia y, después de estar un rato pensando, se dio cuenta que no había sido buena, arrepintiéndose de todo lo que había hecho.

Esa misma noche estuvo pensando en sus amigos, padres, hermanos y vecinos y se puso muy triste al pensar que no volvería a verlos nunca  más, ya que los echaba  mucho de menos.

Al día siguiente, como ya no quería estar sola, se fue al campo donde paseaba todas las tardes Puppy para hablar con él y cuando lo encontró, Puppy le dijo a Celeste:

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