CIENCIAS.
Enviado por MELYTAPINO • 9 de Mayo de 2014 • Tesis • 4.245 Palabras (17 Páginas) • 173 Visitas
A.4 Clasificación de los suelos según su capacidad de uso
A.4.1 Tierras aptas para cultivos intensivos y otros usos
A.4.2 Tierras aptas para cultivos permanentes, pastos y aprovechamiento forestal
A.4.3 Tierras marginales para uso agropecuario
A.4.4 Tierras no aptas para fines agropecuarios ni explotación forestal
La clasificación de los suelos según su capacidad de uso es un ordenamiento sistemático de carácter práctico e interpretativo, fundamentado en la aptitud natural que presenta el suelo para producir constantemente bajo tratamiento continuo y usos específicos. Este ordenamiento proporciona una información básica que muestra la problemática de los suelos bajo los aspectos de limitaciones de uso, necesidades y prácticas de manejo que requieren y también suministra elementos de juicio necesarios para la formulación y programación de planes integrales de desarrollo agrícola.
El sistema de clasificación está basado en las Normas y Principios del Servicio de Conservación de Suelos en los Estados Unidos de América, pero adecuado a los patrones edáficos, climáticos y topofisiográficos existentes en el área reconocida.
El esquema básico de agrupación comprende los siguientes niveles o categorías sistemáticas.
- Divisiones o grupos de capacidad.
- Clases de capacidad de uso.
- Subclases de capacidad de uso.
Las divisiones o grupos de capacidad son cuatro y constituyen la más alta categoría del sistema. Estas son: a) Tierras apropiadas para cultivos intensivos y otros usos; b) Tierras apropiadas para cultivos permanentes, pastos y aprovechamiento forestal; c) Tierras marginales para uso agropecuario, aptas generalmente para el aprovechamiento forestal; d) Tierras no apropiadas para fines agropecuarios ni explotación forestal.
Las divisiones o grupos de capacidad comprenden categorías menores de clasificación, que son las clases de capacidad. Estas se diferencian unas de otras por el grado de limitaciones permanentes o riesgos que involucra el uso de los suelos.
El primer grupo comprende cuatro clases de capacidad, que van de la Clase I a la Clase IV. La Clase I es considerada la mejor y se supone que carece prácticamente de limitaciones, las cuales aumentan de la I a la IV.
El segundo grupo está integrado por las Clases V y VI, y sus limitaciones aumentan progresivamente de la V a la VI.
El tercer grupo consta solo de la Clase VII y agrupa suelos apropiados generalmente para la explotación forestal. Por último, el cuarto grupo consta solo de la Clase VIII y presenta tales limitaciones que son inapropiadas para fines agropecuarios o de explotación forestal.
Las clases de capacidad de uso comprenden las subclases de capacidad, las cuales están determinadas de acuerdo con la naturaleza de las limitaciones que impone el uso del suelo y están en función de los siguientes factores:
- Condición del suelo.
- Riesgos de erosión.
- Condición de drenaje.
- Peligros de inundación.
Las limitaciones por condición de suelo se designan con el subíndice "s" y están principalmente relacionadas con las características edáficas, como textura, estructura, compactación del perfil, profundidad, gravosidad, pedregosidad, rocosidad, características químicas, etc.
Las limitaciones por riesgos de erosión se simbolizan con el subíndice "e" y están vinculadas principalmente a las características topográficas, permeabilidad, escorrentía superficial, cubierta vegetal y pluviosidad.
Las limitaciones por condición de drenaje o humedad están representadas por el subíndice "w" y determinan la dificultad del movimiento del agua a través del suelo.
Por último, el peligro de inundación está relacionado con las inundaciones periódicas o eventuales que ocasionan los ríos en creciente y está representado por el subíndice "i".
Los suelos identificados y descritos han sido agrupados en las Clases II, III, IV, V, VI, VII y VIII. La Clase I no ha sido identificada.
Cada clase de capacidad de uso identificada con sus respectivas subclases ha sido caracterizada en forma generalizada, presentando en su descripción las características y propiedades propias de los suelos en el momento de ser examinados y que guardan relación con su utilización agrícola. Además se mencionan los suelos incluidos, las limitaciones principales, las prácticas de control y los cultivos adaptables.
El Cuadro A-4 indica la extensión y porcentaje aproximado de las clases y subclases de capacidad de uso.
A.4.1 Tierras aptas para cultivos intensivos y otros usos
A.4.1.1 Clase II
A.4.1.2 Clase III
A.4.1.3 Clase IV
Este grupo cubre un área de 116 381 hectáreas que equivale al 6.9% de la superficie estudiada, y en él se incluyen todas las tierras generalmente arables y adecuadas para cultivos intensivos y permanentes.
Dentro de este grupo de capacidad se han reconocido las Clases II, III y IV, las cuales se describen a continuación con la identificación de sus respectivas subclases.
A.4.1.1 Clase II
Esta clase ocupa gran parte de las tierras aluviales extendidas en forma de angostas fajas sobre las márgenes de los ríos Sambú, Balsas y algunos tributarios del río Chucunaque, y aparecen asociadas con las de la Clase III. Cubren una superficie de 11 608 hectáreas, o sea el 0.7% del total de la provincia.
Los suelos son generalmente profundos, de textura franco a franco limosa, de topografía plana, bien drenados, retentivos al agua y de buena capacidad para el suministro de nutrientes vegetales. Presentan mediana fertilidad natural y generalmente buena capacidad productiva, siempre que se les provea en forma continuada de apropiados tratamientos agrícolas. Las pocas limitaciones hacen que requieran prácticas simples de manejo y de conservación de suelos para prevenir su deterioro o para mejorar las relaciones agua-aire cuando son cultivados en forma continua e intensiva. Las mayores limitaciones que presentan están vinculadas al proceso erosivo lateral que ocasionan las aguas de los ríos en creciente ya ligeros riesgos de inundaciones ocasionales.
El manejo de estas tierras debe estar encaminado a la incorporación de material orgánico, como residuos de cosechas, compost, abonos verdes, fertilizantes nitrogenados de tipo orgánico o mineral en dosis adecuadas a las necesidades de los cultivos adaptados y establecidos
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