COLOMBIA, ¿UNO DE LOS PAÍSES MÁS FELICES DEL MUNDO?

Diversos sentimientos se agolpan en mi pecho y no ceso de escuchar en mi mente una voz que me dice que no debo conformarme, que debo luchar y ayudar para que en mi país haya un cambio…

Colombia, mi país, es un lugar en el que la desigualdad política, económica y social se encuentra muy marcada, en Colombia se puede encontrar desde personas viviendo en la pobreza extrema, sin alimentos, casa, trabajo… hasta personas viviendo con una cantidad de lujos y de riqueza casi insuperables.

Colombia es un país que se avergüenza de sus gentes, de sus indios, mulatos y negros, Colombia, que es un país con una diversidad cultural y racial inmensa, prefiere copiar la cultura y pensamientos de otros países a aceptar sus raíces y ser felices con los hermosos pensamientos de sus indios.

Es interesante saber que, aunque existan estas diferencias económicas tan grandes y estas inconformidades culturales, Colombia es considerado uno de los países más felices del mundo, según un estudio realizado por el Happy Planet Index (IPH) Colombia es el tercer país más feliz del mundo siendo únicamente superado por Costa Rica y Vietnam, ¡qué paradoja! Colombia, un país relativamente pobre, con un gran conflicto interno, con enormes dificultades sociales, políticas y económicas es considerado un país más feliz que Alemania, Francia, Italia, España, y otros grandes países, grandes superpotencias en las cuales el bienestar de sus ciudadanos es primero, donde la educación es excelente, la economía excepcional y las desigualdades sociales mínimas. Colombia supera en felicidad a esos países que siempre ha envidiado, a esos a los que siempre ha intentado copiar su economía, política y sociedad.

Hoy, cuando me doy cuenta de la realidad colombiana, cuando comprendo que sus dificultades políticas, económicas, sociales y culturales no le impiden ser feliz no se qué sentimiento debo experimentar, no sé si debo sentir regocijo y alegría por pertenecer al tercer país más feliz del mundo o si, contrario a esto, debo sentir una profunda tristeza al comprender que la mayoría de los colombianos son personas que se conforman fácilmente y que sin importar su situación son alegres como si nada pasara e incapaces de criticar, hacer revolución, exigir un cambio…

Hoy comprendo porque la mayoría de los líderes políticos colombianos, como Jorge Eliecer Gaitán, que buscaron un cambio han terminado, en la mayoría de los casos, asesinados; hoy me doy cuenta que en un país en el que los ciudadanos no expresan sus deseos, no luchan por sus ideales, no se rebelan contra lo que les es contrario a sus principios no florecerán jamás ideas de cambio, ideas de revolución, de inconformidad.

Por esto hoy invito a todos los colombianos, no a dejar de ser felices, de sonreír, de ser optimistas… pero si a ser críticos, analíticos, a no dejar que sus derechos sean pisoteados y a aceptar y querer sus raíces y

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