COMO CONTROLAR EL LLANTO Y LOS BERRINCHES EN LOS NIÑOS

Es difícil para muchos padres tolerar pacientemente el llanto de sus hijos y tratar de interpretar su significado, sobre todo si se da frecuentemente y en forma persistente.

No siempre que llora un niño hace un berrinche y no siempre que hace un berrinche llora, por lo que se debe distinguir, primeramente lo que representa cada uno.

El llanto es una forma de respuesta innata, es decir, no aprendida, ante estímulos como el dolor, hambre, sueño, frío, o ante cualquier estímulo desagradable o amenazador. En algunos bebés puede haber llanto sin lágrimas, pero a partir de los dos meses comienzan a aparecer normalmente.

Durante el primer año de vida el llanto constituye la comunicación verbal entre el niño y su madre, quien aprende a diferenciarlo ya desde el primer mes. Esta comunicación tiene como objetivo garantizar la supervivencia del bebé a través de la proximidad con ella, produciéndole tranquilidad, seguridad y la satisfacción de sus principales necesidades.

A medida que los niños van incrementando su control emocional y aparece el lenguaje, se instalan modos de expresión y comunicación alternativos que reducen considerablemente la frecuencia del llanto, aunque éste se siga presentando durante toda la vida.

Sin embargo, aunque el llanto se presenta desde el nacimiento, está sometido a un proceso de aprendizaje, dando lugar a que el niño poco a poco aprenda a manejarlo a voluntad, ante la confusión de sus padres que no saben si hacerle caso o no. Es cuando entonces, el llanto se puede convertir en berrinches.

Los berrinches son estallidos temperamentales caracterizados generalmente por gritos, pataletas, manotazos y muchas veces también llantos, que muchos niños utilizan para demostrar su desagrado o frustración cuando no obtienen lo que quieren o las cosas no resultan como ellos esperaban.

Entre los 18 y 36 meses de edad los berrinches representan, prácticamente, una respuesta refleja ante la frustración. Una fuerza interna muy grande los impulsa a reaccionar en esa forma, ya que experimentan sentimientos nuevos que no saben como manejar debido a que el control de sus impulsos no ha madurado lo suficiente.

Una situación que alarma a muchos padres es cuando su hijo comienza a hacer todos los gestos del llanto sin que éste aparezca, poniéndose pálido con un tono amoratado e incluso a veces perdiendo el conocimiento. Esta pequeña parada respiratoria (llamada espasmo del sollozo) suele durar escasos segundos sin estar el bebé en peligro. El motivo generalmente es un enfado o frustración por un capricho no satisfecho. Así que lo mejor que se puede hacer es esperar tranquilamente a que el niño suelte el llanto y evitar al máximo satisfacer el capricho o de lo contrario, se repetirá la escena. Si se presentara antes de los tres meses de vida se recomienda que se comente con el pediatra quien lo tomará en cuenta en su valoración médica.

Cómo tratar el llanto y los berrinches

Primeramente, es importante aprender a reconocer el llanto de un niño, es decir, conocer su origen ya que constituye la manifestación corporal de alguna emoción positiva o negativa y no necesariamente significa que esté haciendo un berrinche.

Ante el llanto de un bebé, se sugiere intentar lo siguiente:

* Asegurarse de que no tenga hambre, dolor, frío o calor, sueño, exceso de ruido, demasiada ropa o muy ajustada, mosquitos en la habitación o cualquier incomodidad.

* Siempre que lo lleves a dormir acarícialo hablándole con voz suave y si todavía toma biberón, abrázalo con la misma actitud amorosa que cuando le dabas pecho. La música suave en mucho ayuda.

* Si se despierta llorando, no necesitas abrazarlo ni prender la luz. Acércate a su cama y acarícialo hablándole con un suave y pausado susurro hasta que se duerma. Si lo abrazas precipitadamente cada que llora, o lo llevas a tu cama, tendrán muchas noches de insomnio.

* Utiliza el chupón solamente si es necesario. No todos los niños lo necesitan ni lo aceptan. Dárselo en todo momento sin que él lo necesite realmente, provocará problemas para quitárselo después, además de que lo limitará en la exploración natural de los objetos con sus manos y la boca.

* La mejor forma de conocer a su bebé es dedicándole tiempo extra exclusivamente para él, independientemente del tiempo que se emplea en la alimentación, baño y cambio de ropa. Es necesario jugar con el niño, sacarlo a pasear, hablarle constantemente y nunca dejarlo.. llorar por períodos prolongados. Cuando te encuentres ocupada, colócalo cerca de ti para que te vea y te escuche.

Para los niños más grandes que ya comprenden el lenguaje, debe evitarse pedirle que no llore porque "los hombres no lloran" o "te ves fea". Si llora es por algo y es mejor buscar la causa, atendiendo

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