CONFERENCIAS EPISCOPALES LATINOAMERICANAS
Enviado por ramonito • 9 de Noviembre de 2013 • 2.305 Palabras (10 Páginas) • 461 Visitas
TRABAJO DE CONFERENCIAS EPISCOPALES EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE
PRESENTADO AL PADRE SAMUEL TORRES
POR EL ESTUDIANTE ALVARO ENRIQUE AMAYA ALBÁN
” LOS POBRES EN LAS CONFERENCIAS EPISCOPALES EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE “
El presente trabajo trata de plasmar el pensamiento de los obispos latinoamericanos y caribeños en cinco conferencias celebradas en torno al tema de los pobres.
Se nos olvida ante todo que Jesús siendo el más grande de todos los reyes fue pobre y nos enseño a ser pobres y ser solidarios y misericordiosos con los más débiles.
En la primera parte del texto se resaltan las principales ideas de cada conferencia respecto a los pobres y en la segunda parte se hace un análisis económico y social de los pobres en América Latina y el Caribe.
Hay muchos factores estructurales que podrían explicar la alta desigualdad en América Latina, todos ellos interrelacionados. Entre los más significativos cabría destacar el subdesarrollo agrícola y las grandes diferencias entre ricos y pobres en el acceso a la propiedad de la tierra. Además hay una alta proporción de la población que trabaja en el campo y que dependen de los ingresos por la venta de los productos agrícolas, cuyos precios han experimentado una tendencia bajista, además de estar sometidos a los continuos vaivenes de los mercados internacionales. También habría que mencionar el papel que juega la escasa educación de la fuerza laboral y su impacto negativo en el nivel de ingresos de las familias. Por último el papel que han tenido las estructuras corporativas y oligopolios en la apropiación de gran parte de la riqueza ha sido un importante factor que ha influido en el incremento de la inequidad.
En la primera Conferencia Episcopal de Río de Janeiro, en 1955 la Iglesia mira en los pobres y necesitados el rostro doliente del Señor y es por esa razón que le nace como madre cobijar en su seno a estos sus hijos. Dios por medio de su Iglesia los defiende y los ama entrañablemente, y son los destinatarios primordiales de toda la misión, y su evangelización es redimir su situación a los ojos de la fe.
La situación social de la opción preferencial del Episcopado latinoamericano por los pobres es el de un continente mayoritariamente pobre. En la Conferencia de Puebla en 1979, los obispos describen dura y dramáticamente esta situación: «Afirmamos como el más cruel y humillante flagelo, la situación de inhumana pobreza en que viven miles y miles de latinoamericanos, mostrada, por ejemplo, en mortalidad infantil, falta de vivienda adecuada, problemas de salud..., hambre, desempleo y subempleo, desnutrición, inestabilidad laboral, migraciones masivas, forzadas y desamparadas, etc.» (Puebla 29).
La crisis sigue aumentando, según la conferencia Puebla: «Desde los diversos países del continente está creciendo hasta el Reino de los Cielos un clamor cada vez más tumultuoso e impresionante. Es la angustia de un pueblo que sufre y que requiere justicia, libertad y respeto a los derechos fundamentales del hombre y de los pueblos. La Conferencia de Medellín en 1968 ya, hace poco más de 45 años decía que la comprobación de este hecho: «un sordo clamor brota de millones de hombres, pidiendo a sus pastores una liberación que no les llega de ninguna parte» (14,2) . El clamor pudo haber parecido sordo entonces. Ahora es transparente, creciente, impetuoso y, en ocasiones, amenazante» (Puebla 87-89) .
Es necesario levantar en América latina una sociedad más hermana (Puebla 90) y luchar por una liberación que se va realizando en la historia, la de estos pueblos y la personal, y que abarca las diferentes dimensiones de la existencia: lo social, lo político, lo económico, lo cultural y el conjunto de sus relaciones (Puebla 483 ).
En Santo Domingo en 1992, a los 500 años de la invasión de América Latina la cuarta conferencia del Episcopado, detalla la situación de los pobres e indica algunas de sus causas: «En América latina son muchos los que viven en la pobreza, que alcanza con frecuencia niveles escandalosos» (ST. 122) . «Las estadísticas muestran con elocuencia que en la última década las situaciones de pobreza han crecido tanto en números absolutos como en relativos» (ST. 179). Los pueblos sufren «el déficit fiscal, el peso de la deuda externa y el desorden monetario, la destrucción de las economías estatales por la pérdida de recursos fiscales, la inflación y la corrupción» (ST. 198).
La decisión preferencial de los pobres en Puebla como tema supremamente importante, mostrado a toda la Iglesia latinoamericana, se fundamenta en Medellín, «que hizo una clara y profética opción preferencial y solidaria por los pobres» (Puebla 1134) . Está fundamentada en la evangelización del mismo Jesús (P-1141) y en la defensa y amor de Dios hacia ellos por el mero hecho de ser pobres, independientemente de su conducta personal: «Los pobres merecen una atención preferencial, cualquiera que sea la situación moral o personal en que se encuentren. La opción los pobres preferencial, no exclusiva ni excluyente (Puebla 1145, 1165; Santo Domingo 178), pues si Jesús envió a sus apóstoles a predicar a todo el mundo, la misión de la Iglesia es universal. Por tanto, ha de liberar a los pobres del individualismo y de la seducción del consumismo, y también evangelizar «a los ricos que tienen su corazón apegado a las riquezas, convirtiéndolos y liberándolos de esta esclavitud y de su egoísmo» (Puebla 1156).
En el hombre se manifiesta la decisión preferencial por los pobres. La visión del mundo mostrada en pobreza de espíritu evita las distorsiones y las falsas fantasías que las riquezas producen en el alma humana. Los pobres no aprisionan la verdad del mundo (Rom 1,18). Por eso, la decisión preferencial por los pobres es, antes que nada, una opción por la verdad, por la realidad de este mundo tal cual es; una conversión epistemológica radical y una apuesta de que desde los pobres se transparente mejor la verdad del mundo (J. Sobrino).
En Puebla los obispos detallaron los rasgos de los pobres por quienes hicieron su opción preferencial: «La situación de extrema pobreza generalizada, adquiere en la vida real rostros muy concretos en los que deberíamos reconocer los rasgos sufrientes de Cristo, el Señor, que nos cuestiona e interpela: rostros de niños golpeados por la pobreza desde antes de nacer, de jóvenes desorientados por no encontrar su lugar en la sociedad, de indígenas y afroamericanos que viven marginados y en situaciones inhumanas, de campesinos que como grupo social viven relegados, de obreros frecuentemente mal retribuidos, de desempleados, marginados y hacinados urbanos, de ancianos» (Puebla 31-39).
En la cuarta conferencia de Santo Domingo tenemos la visión completa:
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