CRUCEÑOS: ARRIBA LAS MANOS
Enviado por Chichita • 29 de Octubre de 2012 • 1.172 Palabras (5 Páginas) • 379 Visitas
“Cruceños: ¡Arriba las Manos!”
Mariane Mendoza Ribera
Cada día el incremento de la inseguridad es mayor, donde los ciudadanos estamos expuestos a los peligros que acechan y todo a plena luz del día, debido a que no existen políticas eficientes de seguridad ciudadana.
El número y crecimiento de nuevas pandillas establecidas en todos los puntos de la ciudad están conformadas por jóvenes y muchachas que han decidido vivir al margen de la ley y la convivencia pacífica y seguir el camino equivocado de la delincuencia.
Para la implementación de un Plan eficaz de seguridad ciudadana es necesaria la participación conjunta del Gobierno, la Policía y los ciudadanos en general, caso contrario la delincuencia en Santa Cruz aumentarán vertiginosamente.
Cuán lejanos se ven aquellos tiempos cuando todos se conocían y se protegían solidariamente de los pocos casos de inseguridad ciudadana que se registraban, cuando la gente confiadamente sacaba sus asientos al corredor de la casa para ver pasar a las personas por las polvorientas calles del vecindario, sin temor a ser agredida o asaltada. Parece cuento, pero así se vivía en Santa Cruz hace apenas tres o cuatro décadas.
Hasta la década de los años 90, Bolivia era el país que más se jactaba de ser el Estado con el menor índice de criminalidad de América Latina, desgraciadamente ahora no podemos decir lo mismo, hoy por hoy, es uno de los países que tiene un alto índice de delincuencia, principalmente por los asaltos a mano armada a conductores de vehículos, instituciones bancarias, comerciales, librecambistas, transeúntes o personas y domicilios particulares, y hasta secuestros express en su mayoría con saldos fatales en la que los asaltantes asesinan a sus víctimas alevosamente y a sangre fría, con total desprecio de la vida.
El desempleo, la falta de oportunidades para los jóvenes, la marginalidad y la pobreza extrema son una de las fuentes desde donde nacen los focos de delincuentes que en busca del dinero fácil no miden las consecuencias para obtener por la vía deshonesta lo que no pueden poseer a través de medios lícitos.
En la actualidad, su descontrolado crecimiento ha traído consigo el gran problema de la inseguridad ciudadana, en el cual todos estamos involucrados, desde el hogar, que es el ‘laboratorio’ donde la persona recibe las primeras y más importantes enseñanzas, pasando por las escuelas y las instituciones religiosas, cuya misión es la de formar hombres pacíficos y equilibrados, hasta llegar a la Policía, con su labor de orientación y prevención, siendo la represión del delito su rol fundamental.
Luego tenemos la perniciosa influencia de las cárceles, que en lugar de reformar a los delincuentes, son verdaderas escuelas de la delincuencia; tenemos también el fenómeno de la reinserción, pero las leyes son decididamente blandas, ya que en realidad no castigan al no existir la pena progresiva: al delincuente se juzga delito por delito. Por ejemplo, al que comete asesinato se lo condena 30 años y después queda libre para seguir matando, porque no se le amplía la pena y esto, precisamente, la nueva Constitución Política del Estado ha vuelto a ratificar, ya que en la medida en que se reprima y sean más graves las penas por el delito, éste tenderá a disminuir. Se trata de datos estadísticos totalmente reales.
El jefe del Estado, Evo Morales, ha lanzado un plan de seguridad ciudadana, “Ciudad segura”, en Santa Cruz, que movilizará a policías y militares en una lucha incansable para bajar los índices de inseguridad ciudadana, e intimó a la Justicia a proceder con mano dura contra los delincuentes.
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