CUENTO LA BELLA Y LA BESTIA

La Bella y la bestia

Érase una vez un hombre muy rico que vivía en un pueblo pequeño, tenía tres hijas, dos de ellas eran muy codiciosas y la otra de nombre Bella, tenía un corazón lleno de amor, bondad y era muy hacendosa.

Un día su padre recibió la noticia de que sus barcos se habían hundido debido a una tormenta. El pobre hombre perdió todo y solo le quedaba su pequeña casa en la aldea.

Entonces decidió ir a tratar de recuperar uno de sus barcos al puerto. El padre preguntó a sus hijas que querían que les llevara y las hijas ambiciosas le pidieron vestidos, collares, zapatos, pulseras, en cambio Bella comprendiendo la situación de su padre solo pidió una rosa.

Su padre llegó al puerto, pero encontró el barco inservible. De regreso a casa, triste y cansado cabalgó por horas hasta que llegó la noche.

Por el camino se encontró un hermoso castillo con las luces encendidas, entró a buscar ayuda, pero no encontró a nadie, entonces comió de los alimentos que estaban servidos en la mesa.

Al día siguiente se puso ropa nueva que encontró al lado de la cama para continuar su viaje. Al ver el jardín lleno de rosas rojas cortó una para su hija Bella.

Justo en ese momento apareció una horrible bestia quien le reclamó al hombre por coger la rosa.

El señor muy asustado le explicó la razón pidiéndole perdón, pero la bestia le exigió una condición para perdonarle la vida: Que una de sus hijas aceptara ir a vivir con él.  

El hombre llegó a casa, contó lo sucedido a sus hijas haciéndoles la propuesta, pero sólo Bella con su noble corazón aceptó.

Al día siguiente el padre llevó a Bella al castillo y se devolvió muy pensativo.

Mientras tanto Bella aceptaba poco a poco su estadía en el castillo muy contenta por los detalles que tenía la bestia, como una hermosa habitación llena de libros, instrumentos musicales entre otros y pensó que la bestia debía tener buenos sentimientos al disponer todo para ella.

Pasaron unos meses y Bella se había acostumbrado a la bestia por su buen trato y nobleza.

Después de algún tiempo presintió que su padre estaba enfermo y la bestia la dejó ir por algunos días a cuidarlo, advirtiéndole que si no regresaba él se moriría de tristeza.

Bella muy contenta llegó a casa de su padre quien se recuperó muy pronto con los cuidados y el amor de su hija.

Mucho tiempo después de compartir con su padre y sus hermanas, Bella extrañaba la presencia de la bestia y soñó que había muerto.

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