LA BELLA Y LA BESTIA
Enviado por poniloco • 25 de Octubre de 2014 • 4.026 Palabras (17 Páginas) • 264 Visitas
Versión de Beaumont[editar]
Esta es la historia de un rico mercader que tenía tres hijas. Dos de ellas eran presuntuosas y vanidosas, y la menor, a la que por su belleza llamaron Bella, era, sin embargo, humilde y bondadosa. Todas tenían siempre pretendientes dispuestos a casarse con ellas. Pero mientras las dos primeras rechazaban despectivamente a todos los candidatos, ya que ansiaban casarse con un noble, Bella los recibía y conversaba con ellos, aunque los rechazara cortésmente. Un golpe de mala fortuna hizo que el mercader perdiera todas sus riquezas, por lo que todos los pretendientes desaparecieron, ya que el dinero era el único motivo para casarse con semejantes mujeres. Bella, sin embargo, siguió recibiendo proposiciones, pero las siguió rechazando. Cierto día llegó la noticia de que uno de los barcos del mercader había llegado a puerto con mercancías. Sus dos hijas mayores le pidieron que les trajera joyas y vestidos, pero Bella le dijo que solo con una rosa ya la haría feliz.
Regresando de las del puerto, el mercader se acuerda del pedido de su menor hija, por lo que decide ir a un lúgubre castillo que se hallaba algo cerca. Justo después de coger una rosa del bello y oscuro jardín, una horrenda bestia lo sorprende y lo encierra en su castillo.
El mercader suplica por poder ver a sus hijas una última vez, a lo que la bestia responde que puede marcharse para verlas una vez más, pero a cambio tendrá que traer a una de ellas para que ocupe su lugar. El mercader vuelve a su hogar y le explica lo acontecido a sus hijas, tras lo cual Bella se ofrece para ocupar el lugar de su padre, para regocijo de sus hermanas y desesperación de su anciano progenitor. Bella le recuerda a su padre que las promesas se dan para cumplirse. Y que si ella no hubiera pedido una rosa nada habría sucedido.
Sin embargo, una vez allí, la Bestia le concedió la libertad a su padre exhortándole a no volver jamás. Y gentilmente llevó a Bella a unos ricos aposentos, para que viviera toda su vida en el castillo. Al cabo de un tiempo la Bestia pidió a Bella que se casara con ella, pero Bella le respondió que solamente le concedería su amistad. Pasaron tres meses agradables en el castillo, donde la Bestia llenaba de atenciones a Bella, y ella le correspondía con gestos de amistad. Cierto día, Bella vio en su espejo mágico que su anciano padre estaba muy enfermo, y rogó a la Bestia que le permitiera verlo una última vez, a lo cual la Bestia se negó rotundamente. Pero poco después aceptó con la condición de que Bella volviera tras una semana. Ella lo prometió agradecida y partió hacia su hogar. Una vez allí, sus hermanas, tristemente casadas con personas de bajo nivel, maquinaron una trampa para que Bella estuviera en su casa más de siete días. Al darse cuenta de que había roto su promesa, la muchacha parte rauda hacia el castillo y encuentra a la Bestia tendida en la hierba, agonizando, por la tristeza que le había causado la traición de Bella. Ella se arrodilla ante el monstruo, que exhala ya sus últimos estertores de vida y, entre lágrimas, le suplica que no muera, ya que le ama y quiere ser su esposa. Al escuchar estas palabras, la Bestia se transforma mágicamente en un bello príncipe, que a causa de la maldición de una bruja había sido mutado en Bestia para que ninguna mujer quisiera casarse con él.
Bella y el príncipe pasaron el resto de sus días felices en el castillo, junto a su padre, mientras que las hermanas fueron transformadas en estatuas, pero sin perder la consciencia, para que fueran testigos de la felicidad de su hermana.
Versión de Villeneuve[editar]
La versión original de Villeneuve es mucho más extensa que la de Beaumont. En casi 400 páginas, Villeneuve explica muchos detalles que Beaumont omite. Principalmente, todo el trasfondo familiar, tanto de Bella como del Príncipe. Bella es la hija del rey de las Islas Felices, y su madre es un hada malvada. El hada pretende matar a Bella, por lo que el rey la oculta, haciéndola pasar por uno de los doce hijos de un rico comerciante.3 Por su parte, el príncipe perdió a su padre siendo muy joven, y su madre, ocupada en guerras para defender su reino, le puso al cuidado de un hada (la madre de Bella). Una vez que el príncipe es adulto, el hada trata de seducirle, pero al rechazarla éste, lo convierte en Bestia.
Casi la mitad de la historia de Villeneuve se centra en las guerras entre hadas y reyes, y dedica largas páginas a la historia de las familias de Bella y el príncipe. También compone una visión del castillo mucha más oscura y mágica que la tradicional.4
Beaumont omitió todo este trasfondo familiar y trágico, desvinculándose del sentido que Villeneuve le quiso dar a su historia: una ácida crítica a la sociedad en que las mujeres que eran obligadas a casarse por conveniencia, siendo algunos de aquellos maridos peores que su Bestia. Eliminando todos los personajes secundarios, Beaumont adaptó, o readaptó, la historia, bajo los simples arquetipos del cuento de hadas, siguiendo los mismos esquemas que otras variantes anteriores de la misma.5
Esta versión de Beaumont es la que se considera tradicional, y ha sido la más extendida y conocida. Todas las interpretaciones, adaptaciones y versiones posteriores se han basado en la versión de Beaumont, y no en el original de Villeneuve.
Orígenes[editar]
Charles Perrault, 1665.
La historia de La Bella y la Bestia ha circulado durante siglos por toda Europa, tanto en forma oral como escrita, y, mucho más recientemente, en adaptaciones cinematográficas. Muchos expertos han señalado similitudes entre este cuento e historias clásicas de la Grecia antigua, como Cupido y Psique, Edipo o El Asno de Oro de Apuleyo, hacia el siglo segundo de nuestra era.
Giambattista Basile.
Una primera versión escrita de La bella y la bestia se atribuye a Giovanni Francesco Straparola, aparecida en su libro de cuentos Le piacevoli notti, en 1550. Una temprana versión francesa presentaba al padre como un rey, y a la Bestia como una serpiente. Charles Perrault popularizó este cuento en su recopilación Contes de ma mere l’oye (Cuentos de mamá ganso), en 1697. Otros autores como Madame d'Aulnoy, con su cuento Le Mouton (La oveja)2 o Giambattista Basile, en el Pentamerone, también escribieron variaciones de la misma historia.
La primera versión escrita que ya desarrolla el cuento tal como lo conocemos hoy fue publicada en 1740 por la escritora francesa Gabrielle-Suzanne Barbot de Villeneuve, en La jeune américaine, et les contes marins. Era una serie de relatos explicados por una anciana durante un largo viaje por el mar. Villeneuve escribía cuentos de hadas basados en el folclore europeo, para distracción de sus amigos y conocidos en bailes y salones.
La aristócrata
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