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Capitulo 2 En Honor Al Espiritu Santo


Enviado por   •  13 de Mayo de 2014  •  2.282 Palabras (10 Páginas)  •  1.462 Visitas

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CAPÍTULO 2

NO LO

LOGRO ENTENDER

Hace años, mi esposa y yo participamos de un retiro

para matrimonios. La pareja de amigos con quienes

compartimos la cabaña nos platicó sobre los temperamentos

que la psicología define como rasgos típicos de

nacimiento. Según estudios, se han definido cuatro tipos

básicos: sanguíneo, colérico, melancólico y flemático.

Mientras nos explicaba cada uno, identifiqué mi carácter

como una mezcla de dos tipos específicos.

Allí mismo nos hicieron la prueba para identificar los

temperamentos y confirmé lo que había pensado, dos de

ellos resultaron predominantes en mi vida muy por encima

de los otros. Cuando leí las ventajas que tenían, me

emocionó leer los rasgos positivos que conllevan, pero

me decepcioné al enterarme de las debilidades. Mi pensamiento

fue: «con esas características no llegaré a ningún

lado».

Esa noche no pude dormir pensando que mi vida entera

estaría condenada a las debilidades de mis temperamentos.

Quería servir al Señor en sus fuerzas, no en

las mías. No quería jactarme de alcanzar el éxito usando

mis habilidades naturales o frustrarme al fracasar por mis

defectos.

Me pregunté qué papel jugaba el Espíritu Santo en

nuestra vida si vamos a vivir de acuerdo a los temperamentos.

Si afirmaba que mis debilidades humanas eran

imposibles de superar o me escondía detrás de mi personalidad,

impediría que el Espíritu Santo me trasformara.

EN HONOR AL EspíRITU SANTO

Imaginé el día que tuviera que dar cuentas a Dios

tratando de justificarme por mi temperamento natural,

diciéndole que por eso no hice lo que debía. ¿Cómo le

diría a Dios que no hice las cosas que me mandó a hacer

porque soy temeroso, o que no perdoné porque mi

temperamento es el de una persona que se resiente por

todo? ¿Cómo le diría a Dios que logré mis objetivos, pero

pasando por encima de la personas? ¿Cómo le diría que

me distraje en el camino porque mi temperamento es de

los que rara vez termina lo que comienza? Eso era inconcebible

para mi mente y por eso me negué a vivir así.

Entonces tomé una decisión, una de las más importantes

de mi vida. Decidí someter mi temperamento a la

obediencia del Espíritu Santo. Pensé que si me predisponía

y creía que contaba únicamente con las fortalezas y

debilidades heredadas, viviría por la fuerza de mi carne

y no buscaría al Espíritu Santo para que me ayudara a

dar fruto, porque asumiría que mis debilidades son incorregibles

y no existiría la obra trasformadora en mí. Por

eso creí que al producir el fruto del Espíritu en mi vida,

como el amor, paciencia, mansedumbre o templanza, seguramente

todos ellos juntos superarían las debilidades

de cualquier temperamento. Cada vez que enfrentaba

una de mis debilidades sometía mi vida al Señor. Cuando

se las presentaba, él nunca me rechazó diciéndome: «No

puedes hacerlo porque eres distraído de nacimiento», o

«No te puedo escoger para una obra grande porque nunca

la vas a terminar».

Años más tarde hice el mismo examen y el resultado

fue que los cuatro temperamentos salieron balanceados

en mi vida. Esto es fruto de haber sometido mi comportamiento

diario al Espíritu Santo hasta formar nuevos hábitos

que han vencido la mayor parte de esas debilidades.

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¡Fue glorioso comprobar que el Espíritu

Santo es capaz de ayudarnos

con nuestras debilidades y convertirnos

en las personas que deseamos

ser!

El Señor nos enseñó en la parábola

de los talentos acerca de

un hombre que intentó justificarse

ante su señor por haber enterrado

el talento que le había sido confia-

NO LO LOGRO ENTENDER

jEl Espíritu

Santo es capaz

de ayudarnos

con nuestras

debilidades y

convertirnos en

las personas que

deseamos ser!

do. Dijo: «Tuve miedo», lo que significa que fue dominado,

no por un adulterio, fornicación o inmundicia, sino por un

simple temor.

No es necesario cometer actos lascivos, herejías, adulterios,

fornicaciones u orgías para ser carnales. Basta con

dejarse dirigir por una naturaleza caída para serlo. Si intentas

servir a Dios tomando como base tu naturaleza humana,

terminarás justificando tus fracasos y debilidades.

Si dices que el temperamento es tu única fortaleza pero

también tu debilidad, ¿dónde está entonces la fuerza del

Espíritu? Al hablar de esta manera reconoces que caminas

de acuerdo a tu propia fuerza.

No puedo negar la existencia de estos temperamentos,

es más, hemos utilizado este estudio para conocer

mejor a nuestros hijos y educarlos, y mi esposa Sonia lo

ha usado en ciertas enseñanzas que ha impartido. Pero

estoy seguro que el Señor no habría hecho la obra que ha

realizado en nuestro ministerio si no hubiera sometido

las debilidades de mi carne al Espíritu Santo. En vez de

justificarlas con los temperamentos, decidí someterlas a

la obediencia al Señor.

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EN HONOR AL EspíRITU SANTO

EL PODER TRANSFORMADOR

En una oportunidad, conversando con mi suegro, un

hombre que llegó a ser gran amigo mío, me relató esta

historia. Cierta vez, los directivos de una iglesia estaban

en el proceso de decidir a quién invitar a ministrar en una

de sus reuniones. Uno de ellos, un hombre mayor, insistía

en invitar a un joven que demostraba tener la unción

sobre su vida y que Dios lo acompañaba con señales y

prodigios. Fue tal la insistencia que otro integrante de la

directiva se enojó y dijo: «¿Por qué tiene que ser ese joven?

Pareciera como si tuviera el monopolio del Espíritu

Santo». A lo que el anciano respondió: «Seguramente no,

pero el Espíritu Santo sí tiene el monopolio del joven».

Después de contarme esta historia, mi suegro concluyó

diciéndome: «Jamás podrás tener el control del Espíritu

Santo, pero procura ser ese joven de quien el Espíritu

Santo tiene el control».

Muchos desean ser usados por el Señor para transformar

la vida de otros, pero pocos

...

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