Carmen De Cales
Enviado por carmensita2056 • 26 de Marzo de 2014 • 407 Palabras (2 Páginas) • 204 Visitas
Cuando vaya a comprar vehículo usado, búsquelo sin mucho afán
Por: REDACCIóN VEHíCULOS |
9:30 a.m. | 21 de Marzo del 2014
Búsquelo sin mucho afán
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Lo mejor es elegir el vehículo que presente el menor número de entradas al taller. Evite el que ha pasado por varios mecánicos, pues eso habla mal del dueño.
Los que presenten cinturones de seguridad raídos, accesorios plásticos cuarteados y mal pintados, puertas descuadradas, luces y stops en mal estado, alfombra podrida o rota, cromados oxidados, asientos descuadrados, malos olores en la cabina, línea de la carrocería descuadrada o mal estado de las bases de los parales, ni los voltee a mirar.
Tampoco elija uno con vidrios de diferentes marcas, soportes de la batería oxidados o podridos, llantas de distintas marcas y estados y rines golpeados pues son algunas de las alertas que delatan el maltrato que ha sufrido durante toda su vida.
Pida el currículo
Además de estas evidencias, la hoja de vida mecánica debe tenerla muy clara, pues a medida que los vehículos van envejeciendo, sus dueños se vuelven más laxos para hacerles el mantenimiento, elegir el taller y comprarles los repuestos.
Eso sí, los mejores usados son los que han tenido un solo dueño.
Lo fácil de ver
Un kilometraje acorde o menor al que establecen los cánones (a lo sumo 15 mil kilómetros anuales).
Mantenimiento en talleres autorizados durante los primeros años de vida (cambio de aceite, filtros, revisiones neurálgicas).
Reparaciones ‘grandes’ (motor, pintura, estructurales, etc.) en talleres idóneos.
Mantenimientos preventivos en áreas clave del vehículo (suspensión, frenos, alineación, sincronización).
Revisión técnico-mecánica al día.
Si es más barato de lo que sugiere la revista ‘Motor’, investigue. Nadie regala las cosas.
No se coma el cuento
El que nunca ha salido de la ciudad. Un motor sometido a trancones, es decir, a velocidades ‘tortuga’, presenta muchos más problemas que otro acostumbrado a viajar.
El que poco se ha movido. Las cosas se dañan más de no usarlas que de usarlas. Un motor necesita moverse para funcionar bien.
El que pertenece a un ‘pata brava’. Los vehículos de alto rendimiento, en manos de un conductor que su ufana de viajar de Bogotá a Girardot en una hora puede tener en muy mal estado partes clave como suspensión, frenos y llantas.
El que pertenece a un ‘lentejo’. El computador de un vehículo moderno acostumbrado a viajar ‘a dos por hora’ se programa para circular a esa velocidad y el motor se convierta así en un depósito de carbón que lo va a dañar antes de tiempo.
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