Carta A Un Amigo

Hola, ¿sabes? Hace tiempo que quería hablar contigo, necesitaba algo que me ayudara a encontrar las palabras precisas para sorprenderte, para hacerte reír. Pero esta vez te advierto que no estoy escribiendo algo gracioso, te advierto que puedo sonar algo cursi, así que entenderé si te quieres detener aquí.

Últimamente me he quedado despierto tratando de encontrarle sentido a todo lo que hago, me he pasado noches enteras volviéndome loco, pero he decidido darle unas vacaciones a mi delirio. He buscado entre la cantidad enorme de archivos que tengo en mi cerebro, entre tantos detalles guardados, el día en que comenzamos a ser amigos, pero no lo encuentro. Creo que eso no es algo que archivas de una persona para recordarlo en el futuro, creo que uno se enfoca en guardar los momentos felices, los tristes, los más importantes. Puede que esa fecha no exista, puede que sí. Qué más da.

Poder mirarte a los ojos es una sensación de lo más rara, es una sensación difícil de explicar, es algo que sólo tú con tu mirada logras hacer que yo sienta. Es una sensación placentera.

Sé que hay ocasiones en las que te pongo entre la espada y la pared, que consigo hacerte desesperar, lo sé. Pero es que mi torpeza no me permite verlas.

Me has mostrado tus miedos sólo para demostrar que entiendes los míos, incluso entiendes lo que quiero decir cuando callo. Hasta conoces las mentiras que disfrazo en cada frase cuando bromeo y también sabes cuando hablo enserio.

Por momentos me enfurece que puedas ver a través de mí, pero sé que no debo huir, ni correr, ni esconderme de ti.

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