Cartas De Restauracion

CARTA DE ATENAS

La Carta de Atenas es uno de los documentos fundamentales en el ámbito de la protección del patrimonio cultural, cuyas conclusiones fueron resultantes de la conferencia del mismo nombre ocurrida en 1931. Este documento fue reconocido posteriormente a su publicación debido al estallido de la Segunda Guerra Mundial. Su vigencia fue efímera y se dio hasta finales de los años 40, debido a que sus principios quedaron superados ya que no brindaban respuesta a la necesidad de la reconstrucción europea.

La primera guerra mundial implicó el derrumbe de los pilares del mundo occidental industrializado.

El Tratado de Versalles, que plantearon EEUU, Gran Bretaña, Francia e Italia determinó el enfrentamiento a la inestabilidad política de regímenes europeos y el surgimiento de Rusia como ente revolucionario mundial; el control de Alemania (ya pronosticado por Renán en 1882); la reestructuración de Europa para debilitar a Alemania y llenar los espacios dados por la desarticulación de los imperios ruso, turco y austrohúngaro; la divergencia de la política nacional de los países vencedores y la imposibilidad de generar una paz duradera.

La Carta de Atenas es un conjunto de conclusiones extraídas de la conferencia de Atenas de 1931 a manera de recomendaciones dirigida hacia bienes inmuebles.

La Carta de Atenas fue el primer precedente con respecto al mantenimiento y conservación de los bienes inmuebles que lo deriva posteriormente a nuevos enfoques referidos a la conservación y mantenimiento de los mismos. Implica la primera sustentación hacia el reconocimiento del derecho cultural e histórico del cual todos los pueblos son participes en defensa y continuidad de los monumentos culturales.

Este tipo de recomendaciones pueden ser aplicadas para todo tipo de patrimonio cultural (cerámica, escultura, textiles y todo aquello en el cual el hombre ha utilizado como herramienta de manifestación y evolución).

CARTA DE VENECIA 1964

Las obras monumentales de los pueblos, son portadoras de un mensaje espiritual del pasado, representan en la vida actual el testimonio vivo de sus tradiciones seculares. La humanidad, que cada día toma conciencia de los valores humanos, las considera patrimonio común reconociéndose responsable de su salvaguardia frente a generaciones futuras. Estima que es su deber transmitirlas en su completa autenticidad.

Es esencial que los principios encaminados a la conservación y restauración de los monumentos sean preestablecidos y formulados a nivel internacional, dejando, sin embargo, que cada país los aplique teniendo en cuenta su propia cultura y sus propias tradiciones. El segundo congreso internacional de arquitectos y técnicos de monumentos, reunido en Venecia del 25 al 31 de mayo de 1964 publico la “carta internacional sobre la conservación y la restauración de los monumentos y los sitios” conocida también como carta de Venecia.

Cada país es responsable de conservar su patrimonio cultural (monumental) para las generaciones futuras , transmitiéndolos en su completa autenticidad. La noción del monumento histórico es aplicable tanto en grandes obras como en obras modestas que con el tiempo puede adquirir un significado cultural. La conservación de los monumentos no debe de ser alterada ni separada de su ambiente tradicional , el cambio de una parte o todo del monumento solo se hará para salvaguardar su integridad o por causas de relevante interés nacional o internacional.

Los elementos de escultura, pintura , decoración no pueden ser separados de el monumento arquitectónico , solo en caso de que sea necesario para su conservación.

Antes de restaurar un monumento es necesario hacer estudios históricos y arqueológicos , tomando en cuenta que la restauración es una operación excepcional.

La parte restaurada de un monumento se debe de distinguir del conjunto arquitectónico y deberá de llevar el sello de nuestra época. Si las técnicas tradicionales resultan inadecuadas podemos auxiliarnos de los medios modernos de construcción y conservación , garantizada por datos

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