Casi Crecimiento

El crecimiento económico cuantificado por el PIB per cápita en términos de Paridad del Poder Adquisitivo PPA, es un indicador que clasifica los países de rentas altas, medias y bajas, medidos por una unidad común (dólares americanos), vale la pena resaltar que dicha clasificación no está exenta de sesgos de información. Estas cifras clasifican a los países subdesarrollados dentro de los de renta media, se les denomina de esta manera ya que no han logrado sortear problemas de carácter estructural en donde “las economías de los países pobres son inflexibles: el cambio se ve inhibido por obstáculos, instituciones, cuellos de botella y limitaciones; la oferta de casi todos los bienes y servicios es inelástica; los mercados de productos y factores son a menudo imperfectos. Estos problemas estructurales impiden el proceso de desarrollo (…) (Knight, 1991:14) por ende presentan una desigualdad abismal en la distribución del ingreso de sus habitantes, de ahí que persista la pobreza, hambre y desnutrición, altas cifras de desempleo, marginación social y destrucción ambiental.Cabe resaltar que hoy día no todos los países en vías de desarrollo presentan la misma homogeneidad con respecto a los rasgos característicos que tenían hace cuarenta años, por lo que ya no es posible aplicar la misma teoría económica del desarrollo para todos, por lo que se debe especificar de acuerdo a las condiciones de cada uno. Otro rasgo que define el subdesarrollo además del económico, es el institucional, caracterizado por un funcionamiento lento e ineficiente; las instituciones pueden actuar lentamente a causa de no adaptarse a la propia cultura, al verse sumidas a la subordinación, al rezago tecnológico lo que explica la cantidad de trámites innecesarios en los servicios de salud, igualmente el acceso restringido al sistema financiero no propicia un entorno de igualdad a toda la población. La ineficiencia se debe principalmente a un mal presente en todos los países subdesarrollados: la corrupción, desviando recursos que probablemente pudieron haber sido canalizados en inversión social. Las instituciones latinoamericanas no funcionan de la misma forma que las instituciones de países desarrollados, ya que, según la teoría, la estructura es diferente y no es posible aplicar los mismos planes organizativos que se han intentado traer desde mediados del siglo XX, el patrón tecnócrata no es aplicable en el caso colombiano pues sus características peculiares como el conflicto armado interno, un desplazamiento forzado que está presente, los niveles de ingreso que lo catalogan entre los más bajos y la desigualdad con brechas tan amplias no permiten un éxito en este sentido.

Para César Rodríguez, el tratar de aplicar formas institucionales del occidente desarrollado en países subdesarrollados como el nuestro puede resultar nefasto, pues afirma “El injerto institucional tiene lugar en el nivel superficial de las cosas y,

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