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Caso Gestosa S.A.


Enviado por   •  25 de Febrero de 2015  •  519 Palabras (3 Páginas)  •  281 Visitas

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Caso 6.

Caso Gestosa S.A.

La empresa Gestosa S.A. se dedica a la compraventa de abonos de cultivo. Su sede principal se encuentra en Sevilla, en un edificio de oficinas que tiene por nombre Viapol. Desde este epicentro de los negocios Gestosa S.A. desarrolla una actividad comercial que se extiende por todo el territorio nacional.

Ahora conocerá usted esta emprendedora empresa. Estamos a los pies del edificio Viapol. Entramos educadamente y nos dirigimos al ascensor cilíndrico que nos deja en la tercera planta. Lo encontramos; 2Gestosa S.A. “. Cruzamos la puerta y allí, entre ordenadores, teléfonos, ficheros y papeles nos reciben las señoritas Sara Martín Rubio y Carolina Pérez Márquez. Nos ven y nos piden con las miradas que esperemos, “por favor” dicen.

Tomamos asiento mientras las secretarias atienden la trigésima cuarta llamada, atienden al vigésimo noveno fax, despachan cientos y cientos de papeles y reciben a uno de los múltiples proveedores que intentan ponerse en contacto con el director de la empresa… Nosotros no tenemos prisa, solo veníamos a ver la empresa… a curiosear por los pasillos… y… nos dan las 14:30 de la tarde. Es hora de irse.

Las señoritas Sara y Carolina comienzan a recoger el tras papeleo de una frenética mañana y, justo en ese momento, oportunísimo, llega el proveedor Fernando Rupérez y Galán, amigo y conocido de todo Viapol por llegar siempre a la hora de cierre. Las secretarias en un heroico alarde de profesionalidad para con el visitante, le ponen buena cara, sonríen incluso y, muy a su pesar, aunque de modo correcto, comienzan a atenderle.

La serenidad y el buen hacer de estas secretarias es, desde hace mucho tiempo, un voto de confianza para el señor Rupérez. Y este, educado y bien agradecido, viene a recompensar sus atenciones.

- ¡Muy buenos días!... o, mejor dicho, ¡buenas tardes!

- ¿Qué desea, Sr, Rupérez? – pregunta Sara.

- Miren ustedes; mi empresa ha comprado lotería… y les traigo de re-ga-lo… ¡Un décimo para cada una!... Si, si, ya sé que les costara aceptarlo… pero mi relación profesional con la empresa… ya saben, ¿no?... Bueno, ahí queda eso… ¿Qué les parece?

- ¡Muchas gracias, Sr. Rupérez!- dice carolina- ¡Es todo un detallazo por su parte, Sr. Rupérez!- añade Sara.

Después de charlar confiadamente un rato, nos vamos todos; el Sr. Rupérez, satisfecho de su capacidad de relación como proveedor, las secretarias, henchidas del reconocimiento a su trabajo; y nosotros, un tanto impresionados.

Mes y medio más tarde, el Sr. Rupérez vuelve a la sede Gestosa. Llega otra vez a su hora…

- ¡enhorabuena, señoritas!... ¿Se acuerdan de aquellos décimos de lotería?, ¿sí?...

¡Les ha tocado doscientas mil

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