Cepal resumen

Introducción

Desde hace varios años la CEPAL se ha involucrado en las actividades que se llevan a cabo en distintos niveles para fortalecer las relaciones económicas entre América Latina y el Caribe y Asia y el Pacifico particularmente China.

En las últimas décadas, china junto con las demás economías de Asia, se ha convertido en factor clave para entender la evolución y las perspectivas de la globalización. Por su destacado desempeño en cuanto a crecimiento económico, comercio internacional, inversión extranjera e innovación tecnológica, China está modificando el mapa de la economía mundial.

En el segundo capítulo de este libro, se analizan los grandes cambios en marcha en el contexto global, en particular el surgimiento de China como potencia económica y geopolítica, los megaacuerdos comerciales, las tendencias demográficas y sus implicaciones en materia de envejecimiento de la población y presiones migratorias, las características más relevantes de la crisis ambiental y la nueva revolución tecnológica en sus dimensiones de convergencia, tecnologías biológicas, nanotecnología y tecnologías digitales, están transformando la economía y la sociedad a nivel mundial, redefiniendo la posición de los países y alterando el balance de poder entre los bloques económicos, así como entre las economías desarrolladas y el mundo emergente.

La dinámica y los resultados de estos procesos determinan la creciente demanda de bienes públicos globales necesarios para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en el horizonte 2030.

Resumen

El crecimiento de china en los últimos años ha sido impresionante, la magnitud de su población, de su economía y la constancia de su crecimiento, la ha ido ubicando en el centro de la economía mundial, como por el crecimiento de sus intercambios comerciales en exportaciones e importaciones, como por su capacidad para exportar capitales e invertir en los diferentes países de Asia, África y América Latina.

Uno de los cambios con mayor importancia de las últimas décadas es la consolidación de china como potencia económica y geopolítica en el mundo, como la que tuvo a finales del siglo XVIII. Su capacidad de incorporar el progreso técnico y cambiar su estructura productiva ha llevado a la reducción de la brecha de su PIB per cápita con el de los países más avanzados.

El papel de china en la economía internacional fue el resultado de su dinamismo económico. el crecimiento económico chino se benefició fuertemente de la estrategia de las corporaciones multinacionales de trasladar su producción y empleo hacia regiones que ofrezcan menor costo en producción. China comenzó a ser uno de los principales socios comerciales de los países desarrollados y de algunos en desarrollo como en América Latina y el Caribe.

El avance de china tiene un impacto significativo en la economía política internacional en ámbitos importantes para los países, como de las relaciones globales, las relaciones con los estados unidos y el proceso de integración regional.

En el ámbito regional latinoamericano, se siente el nuevo papel de china. Si bien china no quiere ser vista como una amenaza al liderazgo estadounidense, el gran aumento del comercio, las inversiones y los prestamos chinos han llevado a una gran influencia de poder. China y América Latina, las regiones que mejor han soportado la crisis financiera mundial, han utilizado estos años para dar un salto cualitativo y cuantitativo en Occidente sus relaciones bilaterales.

La CEPAL afirma que china se ha convertido en un socio destacado para un número importante de economías latinoamericanas. Es el primer destino de las exportaciones de Brasil y Chile y el segundo para Argentina, Costa Rica, Cuba y Perú; indica que en 2010 china se situó en el tercer puesto de los inversores en la región. Latinoamérica debe diversificar sus ventas y promover las inversiones en el gigante asiático.

El éxito de China a la hora de reducir brechas de ingresos y capacidades con respecto a las economías avanzadas deja importantes lecciones a América Latina y el Caribe. La primera de ellas es que la diversificación de la estructura productiva hacia sectores con mayor intensidad en conocimientos es un vector central del desarrollo.

La segunda es que la construcción de capacidades y el cambio estructural requieren políticas industriales y tecnológicas activas. La experiencia china confirma que para construir capacidades fueron necesarias políticas que desafiaran las ventajas comparativas estáticas.

Hay dos elementos muy negativos asociados a su experiencia: su impacto en los niveles de contaminación mundial y el notorio incremento de la desigualdad. China se ha convertido en el principal emisor mundial de gases de efecto invernadero como resultado de su rápido crecimiento basado en una matriz energética muy dependiente del carbón. Los elevados y persistentes superávits comerciales chinos han sido una fuente de volatilidad e incertidumbre para la economía mundial y han provocado guerras de tipos de cambio y una exagerada acumulación de activos financieros.

La irrupción de China en el comercio mundial, los mega-acuerdos comerciales, los cambios demográficos y las migraciones masivas, la crisis ambiental y la revolución de la tecnología están transformando la economía, el mundo del trabajo y la sociedad, redefiniendo la posición de los países y alterando el equilibrio de poder entre los bloques, así como entre las economías desarrolladas.

Gran parte del comercio y de la producción mundial se lleva a cabo dentro de cadenas de valor de alcance regional o mundial. El proceso ha sido impulsado por la disminución de las barreras al comercio y a la inversión extranjera directa, la reducción de los costos de transporte y los avances en las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC). El comercio dentro de las cadenas de valor, en que un bien puede cruzar fronteras varias veces en distintas fases de la producción, es especialmente sensible a los costos derivados de la distancia. Por ello, las principales cadenas de valor presentan altos niveles de comercio intrarregionales.

A las iniciativas de integración en Asia, Europa y América del Norte se han sumado recientemente iniciativas megarregionales como el Acuerdo de Asociación Transpacífico y otros acuerdos que todavía se encuentran en etapa de negociación, como la Asociación Transatlántica sobre Comercio e Inversión (TTIP) entre los Estados Unidos y la Unión Europea, el acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y el Japón, y la iniciativa de la Asociación Económica Integral Regional.

De los tres acuerdos megarregionales el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP), la Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión (TTIP) y la Asociación Económica Integral Regional (RCEP) entre los 16 países asiáticos que representan cerca del 70% de comercio de América Latina es el TPP el que tiene el mayor alcance con oportunidades y desafíos a sus tres países miembros Chile, México y Perú.

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