Chile enfrenta un pasado del cual no puede ser indiferente

Chile enfrenta un pasado del cual no puede ser indiferente, es más luego de lo ocurrido desde el 11 de septiembre hasta el 11 de marzo de 1990, el estado debería tener un rol protagonista en la presentación de los hechos ocurridos para que la gente de nuestra generación y al futura vea la realidad que formo lo que es este país como tal. No somos un país santo, como todo país existe un pasado oscuro que no puede ser indiferente a nosotros, no existe mal peor que esconder los trapos sucios bajo la alfombra.
Por mucho tiempo la información sobre los hechos que ocurrieron en este país fueron privados al público en general y la ignorancia del pueblo era inminente, será por que recordar hechos tan trágicos como esto es doloroso o las autoridades involucradas todavía tiene un sentimiento de vergüenza por no haber tomado mayores cartas en el asunto en cuestión.

Una situación conocida por todo el mundo pero a su vez “desconocida” para el mismo pueblo chileno, esto es la realidad que nos atormenta. Que puede ser más vergonzoso que ocultar los hechos tal como son para no enfrentar una realidad que debiese de ser asimilada por todos nosotros, ya que es lo que nos formo como ciudadanos que somos hoy en día. Aunque no debiésemos de sentirnos mal por nuestro pasado, no somos el único país por el que se ha pasado por un proceso como este, lo que si tiene peso es como llevamos el proceso de asimilarlo y heredar el conocimiento para que las generaciones, tanto las actuales como las futuras, tengan toda la información  pertinente para hacer valer el sacrificio de muchos y no dejar que un evento tan oscuro como este sea olvidado.

El primer paso que se tomo para hacer pública esta información, fue la elaboración de los extensos informes de los hechos ocurridos durante 1973 y 1990,  los no tan conocidos pero relevantes informes Rettig y Valech. El primero de estos informes fue elaborado bajo la administración de la Comisión  Nacional de la Verdad, creada en 1990 por el presidente  Patricio Aylwin. Este primer informe dio a revelar el número total de muertes, con un total de 2279 personas fallecidas, de las cuales 164 se identifican como fallecidos por violencia y 2115 producto de violación de los derechos humanos.  Ya el segundo informe fue elaborado por la Comisión  Asesora para la clasificación  de Detenidos Desaparecidos, ejecutados políticos y Victimas  de prisión política  y tortura (Comisión Valech). Este informe fue finalizado el 17 de agosto de 2011, revelando en este entonces 30 casos  de detenidos desaparecidos y 9795 afectados por prisión política y torturas. Estos informes a pesar de ser la mejor fuente de información, su divulgación para el público es restringida por lo crudo de los relatos y la poca información que existe al respecto.  
Todo esto se supone que iba a ser solucionado con la creación de un centro de la memoria para la divulgación de los hechos ocurridos durante la dictadura, bajo el mandato de la Presidenta Bachelet  y fundado el 11 de Enero de 2010, se crea el Museo de la memoria y los derechos Humanos.  La creación de esta obra estaba justificada con el fin de dar respuesta a la demanda los familiares y organismos de defensa de los derechos humanos, que desde hace un tiempo buscaban que se hiciera público la realidad y que se educara a la gente de lo sucedido en nuestro país.

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