Clasicismo

Lo esencial de clasicismo

Frida Sofía Padilla Règules

El autor nos hace reflexionar con conocimientos generales nombrando edificio y diferenciando si son clásicos o no, por ejemplo: La catedral de St. Paul es un edificio clásico y que la Abadía de Westminster no lo es y así de muchas otras obras arquitectónicas.

Considera que es en verdad necesario hacer este tipo de diferencias, como si las cualidades de la arquitectura solo se basaran en eso, y habla de la arquitectura como un lenguaje expresándola así mismo como el latín de la arquitectura.

Define la palabra clásico y como se expresa o se entiende algo clásico en la arquitectura, en este caso edificios clásicos, este término es muy extenso y no se podría definir de manera general, pues depende del contexto en el que se encuentre.

Por ello nos fijamos más en los elementos decorativos reconocibles para describir la arquitectura clásica, por ejemplo, las puertas, las ventanas, las columnas etc… Esta es una manera muy general y superficial de describir la arquitectura clásica, esa arquitectura cuya finalidad fue lograr una armonía demostrable entre sus partes y que era lo la caracterizaba a los edificios en la antigüedad.

Aquí es donde se nombra como un elemento intrínseco de la arquitectura clásica a los “Ordenes”. Esta armonía que menciona el autor se lograba a través de la proporción en la estructura y en toda la obra arquitectónica en general.

La arquitectura clásica se identifica cuando hay una relación, por más ligera que sea con los órdenes antiguos y no por la simple proporción y armonía que pueda tener.

Pero para identificar esta relación, entre un edificio y un orden antiguo, debe de haber un conocimiento sobre los órdenes, los cuales son: toscano, dórico, jónico, corintio y compuesto.

Vitrubio realizo la primera descripción de los órdenes antiguos, en su tratado, que tiene gran importancia por contener el código práctico de un arquitecto romano del siglo I d.C que contiene ejemplos e ilustraciones de los mismos.

Vitrubio describe en uno de sus libros, tres órdenes, los cuales son: el orden dórico, el orden jónico y el orden conrintió, explica donde surgieron y quienes se apoderaron de ellos, no habla del quinto orden.

Después de mil cuatrocientos años después de Vitrubio apareció un arquitecto y humanista de nombre Leon Battista Alberti, quien hablaba de las ordenes basado en lo que había escrito Vitrubio con sus aportaciones, fue el quien añadió el quinto orden, al que le llamo el orden compuesto, este combinaba rasgos del jónico y corintio

Fue Sebastiano Serlio, casi un siglo después quien hizo de los órdenes una autoridad indiscutible, simbólica y casi legendaria.

Serlio fue contemporáneo a Miguel Ángel, también contemporáneo a Rafael y colaborador del arquitecto pintor Baldassare Perruzzi, construyo pocos edificios, su mayor aporte fue compilar la primera gramática de la arquitectura publicando una serie de libros en Venecia y Francia los cuales se convirtieron en biblia de la arquitectura.

Serlio en su libro comienza con la representación de las cinco clases alineadas según su delgadez definiéndolos de la siguiente forma: rechoncho al toscano, el dórico similar pero más esbelto; el elegante jónico, el altivo y refinado corintio y finalmente el alargado y decorado compuesto.

De esta manera coloco a los protagonistas de su tratado sobre arquitectura al principio de su libro como un prólogo y es así como todos los seguidores de Serlio usaron este método de prefacio en casi todos los manuales de arquitectura durante los siglos XVII y XVIII, Bloen en suiza, de Vries en Flandes, Dietterlin en Alemania, Frert y Perrault en Francia y Gibbs, Shute, Chambers en Inglaterra.

Se llegó a considerar a los órdenes como instrumentos arquitectónicos, en los que se admira todo el arte de construir.

Se piensa que el ojo moderno o la visión del ser humano de esta época no está a la altura de los ojos de Vitrubio, quien con solo un vistazo podría clasificar y diferenciar el orden toscano del orden jónico.

El orden dórico deriva de un método primitivo de construcción en madera, pues los primeros templos del mundo antiguo fueron construidos con madera y posteriormente reconstruidos con piedra.

En la última parte del tema de los órdenes aparece “La personalidad Humana” según Vitrubio, veía en el orden dórico las proporciones, la fuerza y la elegancia del cuerpo del hombre.

La esbeltez femenina caracterizaba al jónico y al corintio la ligera figura de una señorita, pero este fue tema de discusión entre los diversos arquitectos de la historia, entonces Scamozzi que era como un eco de Vitrubio califico al corintio de “virginal”, a la vez Sir Henry Wotton la califica como una ramera cortesana, y añade que la moral del corintio dejo mucho que desear.

El orden corintio siempre se consideró un orden femenino, y el dórico un orden masculino y el orden jónico en una posición intermedia.

Como respuesta acertada se encuentra la de Serlio quien le da un toque coherente a los órdenes, el dórico para iglesias consagradas para los santo más extrovertidos,

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