Colonialismo
Enviado por yesikff • 7 de Mayo de 2015 • 23.160 Palabras (93 Páginas) • 146 Visitas
COLONIALISMO
DEFINICIÓN DEL COLONIALISMO
Término que viene de su raíz colonia y ésta del latín coloniam. Es la doctrina que tiende a legitimar la dominación política y económica de un territorio o de una nación por el gobierno de un estado extranjero. Suele llamarse así al proceso iniciado en el siglo XV con la conquista, asentamiento y explotación, por parte de Europa, de territorios en América, Oriente y África.
España, Portugal, Inglaterra, Francia y los Países Bajos comenzaron las actividades coloniales. Desde 1880 y hasta principios del siglo XX, la búsqueda de nuevos mercados y materias primas provocó el resurgimiento del colonialismo con la repartición de África entre las grandes potencias europeas, sobre todo Inglaterra y Francia. (Ver: Colonialismo europeo)
CONSECUENCIAS
Con la colonización, los países europeos aumentaron su riqueza, extrajeron gran cantidad de recursos naturales y de materias primas para sus industrias, pero pagaron sueldos muy bajos a los trabajadores.
Otra consecuencia de la colonización fue la discriminación racial. Cuando los europeos descubrieron África, se acostumbraron a adquirir esclavos baratos que luego vendían a precios altos, especialmente en América, además de que éstos eran tratados como objetos.
Por carecer de armas de la calidad de las europeas, los nativos no pudieron defenderse; entonces los europeos pensaron que, por ser físicamente diferentes a ellos y tener una cultura y forma de vida distintas, eran inferiores. Sin embargo, no existen hombres superiores ni inferiores; todos tienen la misma inteligencia y capacidades, pero éstas se desarrollan de acuerdo con el medio y los recursos económicos que se tengan para vivir.
Con el paso del tiempo, las ideas de libertad surgidas de la Revolución Francesa llegaron al continente americano; así se abolió en América la esclavitud y el comercio de esclavos.
Gracias a sus luchas, los pueblos africanos han logrado independizarse pero la discriminación racial, no obstante sus absurdos argumentos, aún no termina. Algunos grupos humanos siguen despreciando y explotando a otros con este pretexto, por lo que la lucha antirracista continúa en todo el mundo.
EL COLONIALISMO EN EL MUNDO ACTUAL
El colonialismo ha sido la forma fundamental y decisiva de la universalización de las relaciones mercantiles, de la individualización de las personas y la oposición de todos contra todos (forzada por el poder del dinero y por las violencias del poder), de la homogeneización de los patrones de consumo y la generalización de determinadas relaciones sociales fundamentales y sus valores correspondientes, a escala planetaria. En dos palabras, ha sido la forma principal de universalización del capitalismo. En el caso del continente americano, es en estos años que se está cumpliendo realmente el llamado Quinto Centenario, que en su momento fue tan publicitado y manipulado como rechazado, y no en aquellas fechas de 1492 en que un explorador llegó a unas islas del Caribe. Aquel fue el inicio de un colosal genocidio, de un gigantesco ecocidio, de la destrucción de culturas maravillosas, condicionante de la elaboración material e ideal de una civilización egoísta, explotadora, criminal, excluyente, racista y depredadora, que le impuso al planeta entero su título pretencioso de modernidad.
José Martí, el primer gran pensador anticolonial que comprendió el imperialismo, escribió en 1884: “¡Robaron los conquistadores una página al universo!”. Pero no olvidemos nunca que desde el inicio se trataba de un negocio, el más despiadado y abarcador, el más opuesto al bienestar, la dignidad y el despliegue de la condición humana y la convivencia social que se ha inventado: el capitalismo. El jefe de los conquistadores de las sociedades existentes en el actual México, que eran superiores a ellos en muchos aspectos, le había escrito en 1524 a su emperador pidiéndole que ordenara la detención del saqueo indiscriminado y que se comenzara la colonización del país.
Los años que siguieron al final de la Segunda Guerra Mundial fueron los de la independencia para la gran mayoría de las colonias que existían en África y Asia. Varios factores principales concurrieron en aquellos eventos históricos. Un nuevo orden capitalista de posguerra, en el cual predominó abiertamente Estados Unidos, que tenía dentro de su estrategia mundial la disolución del dominio colonial europeo y que actuó en consecuencia. Una Europa colonialista, que aunque ya carecía de poder suficiente para alternar con Estados Unidos, pudo lanzarse a una rápida reconstrucción y ampliación económica; establecer relaciones de tipo neocolonial con sus antiguas posesiones podía serle muy provechoso en esa hora de reubicarse. Pero hay que recordar que no por eso propiciaron las independencias. Siglo y medio después de la Revolución francesa no querían aceptar la autodeterminación de los pueblos. Los mismos colonialistas que aprobaron en 1952 un plan para conceder autogestiones o independencias después de 1972 ejecutaron matanzas terribles y represiones por doquier, y pusieron obstáculos de todo tipo a los procesos de independencia de las colonias.
Pero no pudieron evitar aquellos procesos. Lo que sucedió fue que los pueblos protagonizaron el ocaso efectivo del colonialismo. Por todas partes se movilizaron, se organizaron, presionaron, negociaron o exigieron la independencia, en muchos países como culminación de procesos políticos y sociales nacionalistas previos. En numerosos lugares se combatió con las armas en la mano a los colonialistas. El triunfo de la Revolución china en 1949 y las revoluciones victoriosas de Vietnam y Argelia fueron jalones muy importantes de un avance extraordinario de la cultura mundial: la conversión de la independencia en liberación nacional. Activistas y pueblos muy diferentes y que estaban en situaciones muy disímiles se aproximaron, motivados por la afinidad de sus problemas, la identidad de sus enemigos y la necesidad de aumentar sus fuerzas y auxiliarse. La Conferencia de Solidaridad Afroasiática de Bandung en 1955, la fundación del Movimiento de los Países No Alineados en 1961 y la Conferencia Tricontinental de 1966 fueron hitos de un movimiento internacional cuyo logro principal estuvo en formarse y desarrollarse fuera y lejos de la égida de los imperialistas, en ser una forma más de las identidades que reclamaban su lugar en el mundo.
Las nuevas realidades autóctonas de África, Asia y América Latina y el Caribe tenían que enfrentarse al mismo tiempo con el imperialismo y con la búsqueda de la justicia social, con el “subdesarrollo” (mal nombre dado al lugar en que fueron puestos dentro del sistema mundial capitalista),
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