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Comunicacion De Abejas


Enviado por   •  20 de Octubre de 2014  •  443 Palabras (2 Páginas)  •  231 Visitas

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Otra teoría

Una teoría menos popular sobre cómo se comunican las abejas se llama el "penacho de olor". Esto se dice que es una forma en que las abejas se cuentan sobre alimentos mediante dejando un rastro de olor que conduce a las otras abejas a una fuente de alimento. En esta teoría, la danza se dice que es simplemente una manera de llamar la atención para que la abeja exploradora vuelva

Aunque no pueden hablar, las abejas se comunican entre ellas, es decir, comparten la información de interés general con el resto de compañeras de la colmena. ¿Cómo lo consiguen? Mediante curiosos bailes en el aire, acompañados de movimientos abdominales. Cuando una abeja ha encontrado un lugar con muchas flores, informa a sus compañeras a través de un baile que detalla la distancia y la dirección del lugar.

Las abejas se comunican por baile y por sonidos, sonidos que el apicultor experimentado es capaz de discernir, que van de la felicidad profunda a la amenaza, a la cólera o a la angustia; tienen la “oda” a la reina, los “estribillos” de la abundancia, los “salmos” del dolor; producen largos y misteriosos gritos de guerra, preámbulos del vuelo nupcial, cuando ocurren los combates y matanzas entre las princesas. “Saben entenderse con una rapidez a veces prodigiosa, y cuando por ejemplo, el gran ladrón de miel, la enorme esfinge Atropos, una mariposa siniestra que lleva una calavera dibujada en la espalda, penetra en la colmena murmurando un encantamiento irresistible que le es propio, la noticia pasa de una abeja a otra y todo el pueblo se conmueve”, como hipnotizado e impotente.

Otra prueba evidente de comunicación ha sido realizada por el autor del libro. En una casa de campo con las ventanas abiertas dejó un frasco de miel expuesto. Pronto llegaría una abeja a quien el experimentador dejaría saciarse de miel; la abeja fue marcada en el dorso mientras comía. Antes de irse, la abeja revoloteó en torno a la ventana con su faz hacia la casa, memorizando el lugar. A los cinco minutos la abeja marcada volvió con dos compañeras; el experimentador aprisionó a sus compañeras dejando a la abeja marcada nuevamente en libertad; ésta volvería con otras dos compañeras. Lo curioso es que el experimentador afirma que dicho fenómeno se repite en cuatro de diez abejas visitantes, es decir, no siempre vuelven acompañadas. El mismo experimento puede ser utilizado para detectar aproximadamente el lugar de un panal; se expone miel en distintos puntos de una colina por ejemplo, y se observa la dirección hacia la cual vuelven las abejas, porque como dijimos, las abejas guardan lo consumido en el papo y no en su estómago personal.

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