Comunidad Europea

En un momento crucial para las negociaciones europeas sobre el nuevo marco financiero y plurianual de la Comunidad Europea (CE), persiste el debate sobre la definición del presupuesto de la Política Agraria Común (PAC). Esto tras una propuesta de la Comisión Europea de congelar el gasto en agricultura a los niveles de 2013 y extenderlo para el periodo 2014- 2020.

Tras una reunión sostenida el pasado 9 de octubre en Berlín entre los ministros de agricultura de Alemania y Francia, Ilse Aigner y Stephane Le Foll, ambos funcionarios indicaron en un comunicado conjunto apoyar la propuesta de la Comisión Europea de mantener el presupuesto agrícola al nivel nominativo de 2013 para los subsiguientes seis años. De esta forma, señalaron “apoyar la proposición de la CE de mantener el presupuesto agrícola al nivel nominal del año 2013″, cercano a los 370.000 millones de euros, es decir, el 38% del presupuesto de la Unión Europea (UE).

La importancia económica y sobre todo en relación a la carga presupuestaria que ambos países representan es indudable. A la fecha, Alemania es el mayor contribuyente al presupuesto de la UE, y Francia, por su parte, es el mayor beneficiario de subvenciones agrícolas dentro de la PAC.

Junto con el congelamiento del presupuesto, otra de las medidas solicitadas por países como Reino Unido, Suecia y los Países Bajos fue el recorte de los pagos directos a los productores, también contemplados en el marco del PAC. Sin embargo, Aigner y Le Foll indicaron en su comunicado oponerse a tales acciones, que suponen la mayor partida del presupuesto de la PAC y comprende unos 40.000 millones de euros al año, de un total de 55.000 millones de euros.

En relación a las cuotas del sector azucarero, los ministros de Alemania y Francia aceptaron la necesidad de mantenerlas hasta el año 2020 y no a partir de 2015, según la propuesta CE. En este sentido, la CE pretende finalizar las cuotas a la producción de dicho producto y establecer un sistema de precios mínimos a la remolacha azucarera para el mismo año.

Aunque existen puntos a favor y contra de la propuesta de la CE que han sido respaldados por Francia y Alemania, la situación económica del continente parece no dar margen de maniobra sobre el eminente recorte del presupuesto comunitario.

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