Con frecuencia en la sociedad actual escuchamos problemáticas como la discriminación y la desigualdad

Con frecuencia en la sociedad actual escuchamos problemáticas como la discriminación y la desigualdad, ocasionadas por la falta de respeto a la diversidad que caracteriza nuestro país, mismas que conllevan a la segregación de los grupos más vulnerables de personas.

Lo  realmente importante de esto, es que estas se han hecho notorias con más frecuencia en el ámbito educativo trayendo consigo en muchas ocasiones el rezago educativo de los estudiantes y en algunos casos la deserción. Debido a esto se pretende la mejora en la calidad de la educación y para lograrlo se toma en cuenta principalmente la equidad.

Lo anterior destaca lo que se dice en el artículo 3° con respecto a que la educación es laica, gratuita, obligatoria, independiente de la religión que se profese, la raza de la que se provenga o el sexo.

Por ello se implementaron los programas de educación básica basados en la atención a la diversidad, esto teniendo en cuenta que no existen grupos homogéneos ni en las comunidades, ni en las aulas, ya que en esta última se hace presente diferentes ritmos de aprendizaje, capacidades, intereses, motivaciones, expectativas, necesidades, entre otros, que caracterizan a los alumnos, con el fin de respetar el principio de igualdad de oportunidades, de este modo se le proporcionaría a los estudiantes una educación adecuada a sus características y necesidades.

Fue en 1994 cuando empezó a utilizarse un término importante, la inclusión, misma cuyo principal objetivo según la OCDE es garantizar un nivel estándar para todos los estudiantes del mismo nivel educativo, la cual es parte de una de las dimensiones de la equidad, en conjunto con la imparcialidad. Esta última consiste en asegurar que las condiciones individuales y sociales de las personas no se conviertan en un obstáculo para que desarrollen sus aprendizajes.

Pero no fue hasta el 2011 que los programas de estudio de la educación básica reconocieron la equidad y la inclusión como una condición necesaria para mejorar la calidad en este aspecto. De esta manera se plasma en uno de sus principios pedagógicos “Favorecer la inclusión para atender la diversidad”, en el cual se plantea que la educación es un derecho fundamental que mediante estrategias acordes, amplia las oportunidades, favorece las relaciones interculturales, reduce las desigualdades entre grupos sociales, cierra brechas e impulsa la equidad. De esta manera, valora y protege las culturas, al mismo tiempo que evita los distintos tipos de discriminación.

Con esto se pretende lograr que la escuela sea un lugar propicio para la convivencia, en donde exista la paz y se generen climas de confianza, aunado a esto, los docentes también deben contribuir aplicando diversas estrategias para atender a sus estudiantes tomando en cuenta las necesidades de los mismos, así como lo que les gusta y lo que no es de su agrado.

En este aspecto tendríamos que tener en cuenta que el hablar de inclusión en la educación básica implica la atención de niños con necesidades educativas, es decir, aquellos cuya necesidad primordial sea aprender; estudiantes con necesidades educativas especiales, mismos que por presentar algunas dificultades en el aprendizaje requieran de más atención; y alumnos con necesidades educativas especiales con discapacidad, los cuales presentan algún problema físico, mental o sensorial.

Es aquí donde se enfrenta la principal labor, desgraciadamente la falta de valores de la sociedad actual, ocasiona que se rechace a los niños con alguna discapacidad, lo cual constituye una barrera, puesto que piensan que al incluir a estos en las aulas regulares afectarán de forma negativa el desarrollo de los demás estudiantes. En algunos casos hasta los mismos padres de familia  de estos niños  piensan que no son capaces de ser autónomos.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que los niños con necesidades educativas especiales con discapacidad también cuentan con habilidades y sobre todo, tienen los mismos derechos que, “los niños normales”, como las personas los nombran.

Es cierto que existen escuelas especiales para atender a estos educandos, pero al hacer esto los estamos segregando, puesto que como menciona Neva Milicic se les esta apartando del sistema regular, cuando pueden ser integrados a este.

Podría parecer una utopía el incluir a todos los estudiantes en las aulas regulares, pero todo es parte de un proceso, en muchas ocasiones no se toman en cuenta aspectos primordiales como el principio de normalización y la integración.

La normalización se planteó como un objetivo a conseguir, mientras que la integración sería el método de trabajo para conseguirlo. Para ello se requiere que las personas con alguna discapacidad convivan en espacios en donde estén en contacto con las condiciones de vida del resto de la sociedad.

En este sentido la integración se da en cuatro niveles: integración física, integración funcional, integración social e integración a la comunidad, por ello es un proceso.

El primer nivel está caracterizado por la participación y comunicación de las personas con necesidades educativas especiales con y sin discapacidad dentro del entorno, es decir compartir los mismos espacios que resto de los alumnos.

El segundo nivel pretende  que el niño o la niña, tenga la posibilidad de participar en el mismo tipo de actividades que sus compañeros o, al menos, hay una preocupación del profesor porque se integre a participar en actividades similares. Este a su vez tiene subniveles, mismos que van desde que se compartan los mismos materiales en tiempos desiguales entre los estudiantes, hasta que sean capaces de compartir estos en los mismos tiempos.

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