Contexto histórico de la obra.

Contexto histórico de la obra

Los parados de Marienthal se sitúa en el contexto de la Gran Depresión. Con el Crack del 29 se cerraron muchas empresas y despidieron a muchos trabajadores. Una de las empresas que cerró fue la que estaba situada en Marienthal, una pequeña comunidad cerca de Viena. Esta población había crecido a medida que crecía la empresa. Hacia 1931, en Marienthal habitaban 1500 personas, de las cuales tan solo 80 conservaban su empleo. Esta desocupación significaba un gran descenso del nivel de vida y la caída en un estado de pobreza absoluta. 
Paul Lazarsfeld, junto con Marie Jahoda y Hans Zeisel, recibieron una subvención del partido socialdemócrata para desarrollar una investigación en esta comunidad para observar los efectos del desempleo. Había una gran tensión dentro de este partido a causa de dos expectativas a cerca de lo que iba a desencadenar el desempleo; los socialistas más radicales pensaban que el crack del 29 desencadenaría una revolución que aboliría la propiedad privada y que haría instaurar el socialismo, mientras que los socialistas moderados creían que los efectos del paro provocarían una desmoralización social a gran escala. 


Resumen del texto

Trabajo como estructurador del tiempo: 
La idea que persiste entre las personas sobre el desempleo es que lo único bueno que te proporciona es el tiempo libre, pero en verdad es una idea errónea. Con la investigación de Lazarsfeld se observa que la población de Marienthal no tiene posibilidad material ni psicológica para utilizar el tiempo. El trabajo les ofrece una vida reglamentada donde las horas libres para el ocio tienen un valor, pero al estar desocupado no tienen nada nuevo en qué ocuparse y pasan a una vida vacía. Cuando trabajaban en la fábrica aprovechaban más el tiempo libre, hacían más actividades de ocio, pero con el cambio de situación tienen un tiempo libre total pero son incapaces de aprovecharlo. Por lo tanto, los desempleados tienen 24 horas de tiempo libre pero esto les reproduce negativamente porque pasan de una vida con horarios a una vida sin necesidad de horarios, hasta el punto de no llevar relojes para situarse en el tiempo. 
La falta de horarios desencadena una actitud que es diferente según el género. Los hombres no son capaces de identificar una actividad que han hecho en un tiempo concreto, ni estimar la cantidad de tiempo que han empleada a hacer tal actividad. Son capaces de enumerar sus actividades en función de las actividades de necesidad básica. Por ejemplo, saben enumerar las actividades realizadas antes o después de las comidas pero no saben la hora exacta ni la cantidad de tiempo exacto. En cambio, este efecto del desempleo es muy diferente en las mujeres. Las mujeres aprovechan el tiempo libre total que les proporciona el desempleo, empleándolo en el trabajo doméstico. Por lo tanto tienen un trabajo que tiene sentido, que cuenta con muchos puntos de referencia, con obligaciones y funciones regularmente establecidas. No hay efectos del desempleo en las mujeres.
El impacto del desempleo no tan solo afecta de forma individual sino que Lazarsfeld observó cambio de conductas en la plena sociedad. Antes llevaban una vida obrera, con 8 horas laborales, y el resto era tiempo libre. La sociedad funcionaba en base a esta estructura de tiempo, donde el domingo y los días festivos tenían un sentido, pero con el desempleo la vida transcurría igual en un martes o en un domingo. El día festivo pasó a ser el día después de cobrar el subsidio del paro, que recibían cada 15 días. 
El cambio estacional con el desempleo lo vivían de una forma más intensa ya que en primavera dejaban de encender la calefacción y los campos empezaban a producir alimento, por lo tanto había posibilidades de encontrar un empleo. Todos estos hechos pasaban desapercibidos con sus vidas de obreros. 

Trabajo como proporcionador de relación social: 
La mujeres que entrevistó Lazarsfeld en Marienthal reconocían que cuando trabajaban en la fábrica iban muy ocupadas para poder hacer también el trabajo doméstico, no tenían tiempo libre y dormían poco para poder realizarlo todo. Pero cuando estaban en el paro igualmente carecían de tiempo libre porque dedicaban todo su tiempo a tareas el hogar. Al carecer dinero, las tareas domésticas se complicaban un poco más. 
Estas mujeres decían que querían volver a trabajar, que les gustaba más la vida de antes porqué por los menos tenían relaciones sociales en el trabajo y no se pasaban todo el día encerradas en casa.

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