Copa Del Mundo

INTRODUCCIÓN

Por primera vez en tierras sudamericanas, el campeón del mundo fue una selección europea en un certamen que se antojaba para Brasil la revancha que erradicaría de sus malos recuerdos el ´Maracanazo’ de 1950 propinado por Uruguay. Lo que no esperaba el anfitrión, es que dicho ‘Maracanazo’ se esfumara de sus pesares para crear un nuevo mazazo aún más escandaloso por recibir un golpe de autoridad propinado por Alemania que le endosó siete goles a uno, en el llamado ‘Mineirazo’.

Parecía una obra excelsa de una tragedia Shakesperiana, los fantasmas de Ghiggía y Schiaffinno aparecieron de nuevo en formas germánicas de Mülller, Klose, Kroos, Khedira y Schürrle para negarle por segunda vez a Brasil después de 64 años un título mundial en su casa.

Alemania terminó siendo el campeón y no solamente su nombre quedará escrito en las páginas exclusivas de los equipos que han levantado la copa del mundo, sino estará en el recuerdo por su destacada forma de juego equilibrado y a su vez por su puesta en escena de una filosofía atractiva para muchos seguidores de este deporte.

Alemania fue un lujo como lo fue España en la pasada edición en Sudáfrica 2010 y las dos pasadas ediciones de la Eurocopa donde la primicia del resultado hace cada vez más escaso la posibilidad de ver equipos, clubes como selecciones que puedan ser equilibrados pero que aporten al espectáculo.

Este mismo tema de jugar bien y jugar bonito es de constante debate en cada gran evento deportivo por las muchas formas de sentirlo y de expresarlo. Por un lado están los idealistas que afirman que el espectáculo no se debe perder por las ambiciones de la victoria, el fútbol es arte y los artistas son los futbolistas que logran expresar un estilo. Por el otro extremo, los que afirman que el triunfo se debe lograr a como dé lugar, explotando el físico al extremo, la táctica prima sobre el espectáculo porque la victoria es lo más importante.

¿Alemania sería exitosa sin haber ganado la copa del mundo? O ¿Será el éxito de Alemania las cifras logradas en este mundial? ¿Lo más importante es ser recordado por el estilo o por ganar?

En el mundial muchos equipos estuvieron en el ojo del huracán por sus estilos de juego o por sus planteamientos tácticos. Las selecciones que jugaban con estilos llamativos sufrieron críticas porque carecían de categoría para ganar los partidos. Otros equipos con planteamientos tácticos resultadistas fueron criticados porque los métodos utilizados, aunque eran efectivos para lograr los resultados, no lograban enamorar y atentaban con sus tradiciones.

Por tal motivo, el ensayo se enfoca en analizar a selecciones participantes que estuvieron involucradas en el debate entre jugar bien y jugar bonito, como España (defensora del título), y los selecciones que terminaron en los cuatro primeros lugares como Alemania (campeón), Argentina (Subcampeón), Holanda (tercer lugar) y Brasil (cuarto lugar).

JUGAR BIEN, JUGAR BONITO… ¿GANAR CON ESTILO O GANAR CÓMO DÉ LUGAR?

Uno de los debates más fuertes que se ha reflejado en el fútbol se encuentra en la constante confusión entre la relación de jugar bien y jugar bonito. Algunas personas dicen que un equipo juega bonito para referirse que juega bien, otros dicen que un equipo juega bonito para decir que juega bien. De ahí, que es complicado definir las diferencias entre estos conceptos cuando el centro del problema es el resultado de ganar o perder y la esencia de tomar riegos para atacar o priorizar la defensa que terminan influyendo en los estados emocionales ya sea para crear un altar a sus ídolos o para enviar al inframundo a los que no cumplieron las expectativas.

El mundial de Brasil no ha estado fuera de foco de esta confusión y a su vez de las críticas polarizadas de cuáles deben ser los caminos que se deben tomar para obtener la victoria. Selecciones como la de Brasil, Argentina, España, Alemania, Italia y Holanda por mencionar algunas, fueron mencionadas constantemente por exfutbolistas, entrenadores, hinchas y periodistas para alabar o deslegitimar sus métodos para buscar la consagración mundial.

Ante la dificultad para definir de forma precisa qué es jugar bien, la más conveniente, fuera de prejuicio es la que hace referencia aquel equipo que es equilibrado y preciso. Es decir, no se resguarda atrás por sus limitaciones ofensivas para mantener el cero, o es aquel equipo que ofrece muchos hombres de buen pie en la parte de adelante pero carente de la capacidad para defender con criterio.

El equipo equilibrado y preciso debe ser aquel que desde el fondo está bien parado, con un mediocampo que administra óptimamente el ritmo de juego y una delantera efectiva y eficiente. Es un equipo que sin el balón se ubica de tal forma en la cancha que cierra las posibilidades de gol del rival, pero a su vez tiene la capacidad de recuperar el balón. Con el balón en sus pies lo puede tener y administrar como una alternativa de defenderse, pero también para estar a la expectativa ante el descuido del rival en defensa para atacarlo. En la parte ofensiva es un equipo que tiene la capacidad de crear y definir jugadas determinantes.

El equipo que juega bien es homogéneo y todas sus líneas del campo son igual de relevantes, tienen una táctica desarrollada y cero especulativa.

Un equipo equilibrado no aporta una estética ni un espectáculo, el jugar bonito es una impronta adicional un plus al espectáculo visual de la forma para buscar la victoria. Pero, el jugar bonito está ligado a la subjetividad con varios matices, hasta de una influencia idiosincrática e histórica que determina para una persona o una sociedad que es jugar bonito.

Existen equipos que juegan bien, pero no convencen por su estética, hay equipos que enamoran con su juego pero les falta orden para logar sus objetivos. ¿Qué equipo está más cerca de la victoria? sin duda el que juega bien está más cerca de ganar; pero nos encontramos en una etapa del fútbol que la presión de ganar a determinado que en muchos casos se aleje la estética colectiva y la impronta de un fútbol que enamora y se opta por métodos resultadistas que hacen que los equipos que se identificaron con un estilo llamativo de antaño, lo dejarán atrás, atentando contra ellos mismos para consagrarse.

Muchos prefieren mirar al pasado y recordar equipos que enloquecían. En el caso la selección de oro de Hungría de la década del 50 donde jugaba Ferenc Puskás, equipo que hacía un fútbol de toque combinado entre pases cortos y largos alrededor de todo el campo de juego como a su vez poseía un ataque demoledor. (Precisamente este jugador estrella hizo parte de un Real Madrid magnánimo que ganó cinco copas de Europa en compañía de Alfredo Di Stéfano, Raymond Kopa, Héctor

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