Cosas Por Ahi

Los productores colombianos quieren iniciar una expansión de sus productos y servicios, pero en su afán de firmar acuerdos comerciales, tratados de libre comercio, entre otros, olvidan que las condiciones de infraestructura los limitan importantemente.

Colombia se encuentra actualmente en su segundo periodo de fuertes lluvias consecutivo, el invierno pasado destruyo vías primarias, secundarias y terciarias. Arraso con puentes, cultivos, casas, aeropuertos, muelles, etc. El país no tuvo tiempo de recuperarse de ese flagelo y entro en otro periodo de lluvias que han dejado nuevamente incomunicadas varias poblaciones, recientemente se han bloqueado importantes arterias viales como la de la línea por donde salen y entran los productos a la capital del país.

Pero incluso antes del invierno el país no estaba preparado para un acuerdo de ese tipo, las carreteras de doble calzada son solo proyectos que apenas se han iniciado en algunas partes del país, la difícil geografía nacional está acompañada por carreteras inestables que bordean montañas en vez de atravesarlas por túneles. Pero además se han abandonado los sistemas de transporte que tanto contribuyeron en el pasado, el transporte fluvial y el ferroviario. Colombia cuenta con innumerables fuentes hídricas, muchos ríos del país en el pasado fueron acondicionados para la navegación de grandes embarcaciones, solo en los años anteriores se han iniciado proyectos de construcción de muelles y adecuación de ríos como el magdalena, pero la falta de apoyo por parte del estado sigue dejando a este sistema en el olvido. La matemática es simple, un barco carguero puede transportar 300 contenedores en un solo viaje de barranquilla hasta Honda (Cundinamarca). En cuanto al sistema ferroviario, sufrió de un repentino abandono del estado, las excelentes vías férreas que cruzaban el país fueron abandonadas repentinamente y con ellas las posibilidades de tener un servicio de transporte más efectivo rápido y barato, y no solo para las mercancías sino también para las personas; lo anterior se puede verificar en los proyectos ferroviarios privados, en los cuales sin gastar grandes sumas de dinero se han reactivado vías con más de 20 años de abandono.

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